viernes, 28 de agosto de 2009

Confesiones de una adicta a la moda

Por primera vez en mi vida voy a confesar lo que es un secreto a voces: soy adicta a la moda. Una adicción de la que mi entorno y yo hace años que somos conscientes, y que si no he confesado antes es quizá por el repelo que me causan etiquetas como fashion victim o fashion addict.
Aún así, llega un punto en que no se puede negar la evidencia. Y es que, como todas las adicciones, con el paso de los años la mía ha ido tomando vida y creciendo sin retorno. Cada vez son más las revistas que pueblan mi mesita de noche mes a mes (más allá de la simple deformación profesional, supongo...), con sus tips y consejos tan propios y únicos en cada una de ellas. Cada vez es más la ropa que hincha día a día mi armario; vestidos boho, prendas encontradas durante largas tardes rastreando boutiques vintage por las calles de Barcelona, jeans multicolor y montones de camisetas; sin dejar de lado los bolsos y zapatos.
Ah... y la belleza, ¡se me olvidaba! ¿Cómo no iba a hablar de las estanterías repletas de botes de cremas, lociones, aceites y perfumes que visten mi baño? Botecitos grandes y pequeños, de mil colores distintos y para mil aplicaciones distintas. Cientos de aromas y texturas que invitan a descubrir nuevos mundos.
En definitiva, lo confieso ahora que ya es totalmente imposible negar la evidencia: estoy enganchada a la moda y la imagen. Y es que... hay alguien en este mundo extraño que no haya envidiado nunca el armario de Carrie Bradshaw? Que levante la mano quien esté libre de culpa, aunque creo que son pocos los que todavía no han pecado.

En fin, mi pasión, adicción o locura, como queráis llamarle, ha sido la responsable a que me haya decidido a publicar este blog. Un espacio para poder hablar de lo que más me apasiona y sin límites, como la moda misma. ¿Queréis acompañarme?

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