viernes, 19 de febrero de 2010

Patinazos made in Spain

Como ya podréis imaginaros este post lo voy a dedicar a las celebrities que se atrevieron a acudir hechas unos espantapájaros en la gala de los Goya. Nunca entenderé cómo es posible que, teniendo la posibilidad de vestirse con las mejores firmas, las mejores joyas, calzarse los mejores zapatos y dejarse peinar por los "mejores" peluqueros, ellas sean capaces de acudir a los actos públicos hechas unos verdaderos zafios. En fin, siempre tiene que haber quien resbale con el atuendo inadecuado ese día o quien viva para acudir a actos públicos dando la nota. Adelante, pasad y juzgad vosotras.

Empezando la lista por la última posición, encontramos a Belén Rueda.

Siempre he considerado a Belén una mujer elegante que sabe elegir muy bien los atuendos adecuados. Pero esta vez escogió un vestido en caramelo dorado de Carolina Herrera New York con el que sólo logró decepcionarme. Realmente, el corte del vestido no está mal, la pequeña cola es bonita y el escote halter asimétrico me encanta, pero no me encaja el resultado final. Creo que más bien es por la mezcla de un color tan tostado con esos brillos asimétricos, me parece excesivo para una mujer de su edad y, además, el conjunto la hace más mayor. El maquillaje de Belén tampoco es para nada el adecuado. ¿Qué hizó? ¿Pasarse por la cara un rodillo empapado de Titanlux naranja? Definitivamente, no supo escoger su base de maquillaje ideal y el resultado es un aspecto de bronceado de cabina muy poco favorecedor.

El número nuevo es para el estilismo de Natalia Verbeke.

¡Y dale con el total look brilli brilli! Natalia es demasiado guapa para dejarse enredar con un estilismo de choni venida a menos... pero ahí está, tan contenta. El vestido de paillettes doradas de Antik Batik fue un patinazo tremendo. Es excesivamente llamativo y parece dos tallas más grande que la de Natalia. El resultado: parece que haya tomado prestado el vestido de fiesta del armario de su abuela, por la forma anticuada del modelo, sin escote y de manga larga (que ya es decir que a mi no me guste, con lo que adoro los vestidos retros...). Por si no fuera poco, un maquillaje demasiado chillón acaba de completar un look que tendríamos que mirar con gafas de sol; eso sí, desapercibida seguro que no pasó.

En la octava posición he colocado a la siempre excesiva Paz Vega.
Ella llegó como siempre, con sus aires de diva que vive en Los Ángeles, pero... no. Contradiciendo de nuevo a la mayoría de blogs y revistas de moda, el modelo en negro brillante de Hannibal Laguna no me gusta nada. El escote en palabra de honor en forma de corazón arquitectónico y la doble falda me resultan demasiado cargantes. Además, tampoco me gusta el aire futurista del conjunto. Pero Paz es Paz, y ella, si no destaca, no está tranquila. Lo demostró también con su peinado, un recogido despeinado de forma imposible al más puro estilo Amy Winehouse que aportaba un aspecto demasiado desaliñado a tanto vestido recargado.

La séptima posición es para Emma Suárez.

No acabo de creerme que Emma llevara de verdad un Armani Collezioni. A mí más bien me parece que salió de casa con la toalla de la ducha a cuestas. Además, la ausencia casi total de maquillaje y ese recogido a modo de coleta playera, todavía ayudaban más a creer que a Emma se le había hechado el tiempo encima. El vestido recto en negro y palabra de honor no sólo es soso, sinó que no tiene ni forma ni gracia. El escote parece que esté a punto de caer por su propio peso y mostrar, a todo el mundo que quiera verlos, los encantos de Emma.

En el número seis he colocado a una grandísima actriz: Pilar Castro.
¿A qué especie de acto bucólico e infantil se creía que iba Pilar? La forma del vestido de Manoush no está mal... si tienes 13 años. Algunos se empeñan en ver en su estilo una declaración de homenaje al New Look del gran Christian Dior, pero yo sólo veo un vestido de lo más inadecuado. No me gusta ni el color caramelo tostado, ni el vuelo de la falda, ni, por supuesto, ese escote que parece que va a reventar en cualquier momento. Por no ser excesivamente mala, sólo salvaría la lazada de gasa en beige que, al menos, pega con los zapatos y rompe una horrible monocromía marronosa. Tampoco merecen ninguna declaración de intenciones los zapatos beige adornados con extraños floripondios, que redondean un conjunto que parece ideado para visitar el País de las Maravillas.

En la posición del ecuador se encuentra la actriz Fanny Gautier.

Simplemente, excesiva y desacertada. Fanny escogió un modelo en blanco roto con una amplísima falda de tul y corsé a juego, del que no he podido encontrar el diseñador (y no me extraña...). La actriz se tomó al pie de la letra la tendencia lencera que inunda la nueva temporada de primavera/verano y dejó bien visible su sujetador negro, que se asomaba sin complejos por debajo del corsé. Un look totalmente desastroso con el que no sé si quería recordar a la mítica Madonna ochentera vestida de Jean Paul Gaultier, o recordar sus tiempos como profesora de ballet en Un paso adelante. Por si no fuera suficiente, ella remató el conjunto con un maquillaje que la empalidecía y un recogido hacía atrás con tupé que la hacía más mayor.

En la cuarta posición aparece Mar Regueras.

Mi pregunta es... ¿Mar terminó la noche literalmente engullida por su vestido de Francis Montesinos? De verdad, que el monumental traje rosa con estampado de flores acuarela, a mí me parece que tiene vida propia... El vestido tiene metros y metros de tela que no hacen más que ensanchar la anatomía de Mar y hacer que se pierda entre un mar de coloridos ropajes. Tampoco me gusta nada la mezcla de colorines, azules, ocres y rosas, le da un aspecto de collage sin pulir, muy en la línea del diseñador más emblemático de la Movida, que ya vemos que, aún con el paso de los años, sigue presentándonos sus colecciones demasiado difíciles de digerir.

Y llegamos ya a los últimos puestos. En la tercera posición, una asidua a las listas de las peor vestidas: la ministra Ángeles González-Sinde.

Está claro que a la ministra le gusta la originalidad pero creo el diseño de Amaya Arzuaga no tiene ninguna explicación. Horrible el escote en volantes arquitéctonicos que parece que vaya a ahogarla en cualquier momento. Por no hablar de la caída de la falda que le tapa hasta los pies. Con tanta plata y tan poca piel al aire, parece totalmente desaparecida dentro de su vestido. Para redondearlo, la ministra se decantó por un maquillaje en tonos blancos de estilo victoriano pero muy poco actual, que conseguían aportarle un aspecto cansado al conjunto del rostro. Evidentemente, las sombras en los párpados en tono rosa pálido no ayudaron a mitigar el efecto.

Esta vez, la segunda posición es para la estilista Cristina Rodríguez.

Ay, Cristina, Cristina... Cómo era de esperar, ella hizo gala del peculiar estilo al que ya nos tenía acostumbrados en el programa Supermodelo, y se plantó con un vestido arquitectónico de escote halter en gris perla, del que tampoco he podido encontrar el diseñador. No es que me disguste la tendencia de lo rígido, pero en su justa medida, y Cristina aquí se excede sin mesura. No entiendo a qué se debe el ¿adorno? que le sobresale en la cintura, ni el floripondio dorado que se colocó en medio del vestido. Por no hablar del espantoso tocado que competía con el moño (a cuál más grande) para sobrepasar en tamaño a su cabeza. Por sacar algo bueno del estilo, sólo salvaría los botines en nude que sí son bonitos, pero no sé si encajan demasiado bien con el resto del atuendo. En fin, que no, que Cristina no suele gustarme. Y en esta ocasión tampoco me defraudó.

Y, finalmente, en la primera posición: Bimba Bosé.

¿Es Miguel Bosé en los ochenta con el pelo teñido de rubio ocre? ¡No! Es su sobrina Bimba vestida, cómo no, por su inseparable David Delfín. Imposible entender el traje de tres piezas en amarillo que escogió la modelo e imposible entender también tal combinación del atuendo con unos salón de Louboutin. La verdad es que Bimba empieza a cansarme. Cuando apareció en las pasarelas, su llegada y su estilo me gustaban, ya que su aire andrógino pero femenino aportaba aire fresco en un mundo donde la mayoría de modelos parecen cortadas por un patrón idéntico. Hoy en día, Bimba ha llevabo su pasión por David Delfín y su androginia hasta tal punto que me resulta inquietante. ¿Y esa manía por teñirse el pelo del mismo color que sus vestidos? De verdad, a mí, tanto musa como diseñador, empiezan a aburrirme con su halo de supuesta post-modernidad transgresora.

Y hasta aquí llega mi segunda parte sobre los estilos de los Goya. Como ya os dije, en España somos tan diferentes que hasta nos plantamos plumas en la cabeza, un escote arquitectónico imposible o nos teñimos del mismo color que nuestros vestidos. ¿Diferencia? ¿Patinazo? ¿Trangresión? No lo sé. Pero, ¿qué sería de las galas sin ellas?

jueves, 18 de febrero de 2010

Red Carpet made in Spain

El pasado domingo se celebró en Madrid la última edición de los Premios Goya 2010 y, como escuché decir hace poco en televisión, lo que más nos impacta de los galardones de nuestro cine es qué divertido presentador hará de maestro de ceremonias y analizar los vestidos de las celebrities asistentes. Yo, cómo no, estoy de acuerdo. Y después de ver y analizar los modelos de la última gala de los Premios Goya 2010, sigo pensando que tenían razón con aquello de Spain is different; somos tan different que aquí hacemos hasta verdes las alfombras rojas. El número de esperpentos que se dignó a desfilar por la alfombra fue muy elevado, aunque quizá no tanto como otros años. Sigo pensando que muchas de nuestras celebrities todavía deben pulir mucho su estilo y adoptar un poco más de sentido de la vergüenza cuando van a un acto público, pero, aún así, este año me he llevado muy gratas sorpresas con los nuevos talentos de nuestro cine que, además de traer un soplo de aire fresco en la gran pantalla, también lo traen en las grandes galas. Así que, si bien continué viendo demasiados horrores entre las que desfilaron por la alfombra, también debo reconocer que este año fue quizá uno de los más glamourosos en mucho tiempo. En este post, cómo no, os pondré mi dos particulares listas de las mejor y peor vestidas de la noche. Lástima que mi amiga Magda y yo no hayamos podido esperarnos a la publicación del post para criticar y alabar los estilos que más nos disgutaron y agradaron de la noche –en los que, sorprendentemente, diferíamos bastante–. Espero que, aún así, tanto ella como las demás disfrutéis con mi lista y que hagáis esos comentarios que tanto me alegran y me encanta leer.

Empiezo, pues, por mis diez mejores estilos, como siempre, desde el final. Ocupando el décimo lugar se encuentra uno de estos nuevos talentos del cine español del que os hablaba al principio del post: Manuela Velasco.
El modelo de Christian Dior en verde agua con incrustaciones de cristal en el pecho y la cintura era realmente precioso. Aún así, Manuela está en las posiciones tan bajas porque hay algo del outfit general que no me acaba de cuadrar... creo que no se la veía cómoda con el vestido, quizás era demasiado largo o le venía un pelín grande. Y es una lástima, porque yo soy de las que piensa que en la vida no se tienen demasiadas oportunidades para lucir un vestido firmado por la maison Dior, así que, si te llega, debes saber aprovecharla. Manuela no trabajó demasiado ni su pelo ni su maquillaje –el peinado y el make up eran prácticamente inexistentes– y el aspecto final era confuso y parecía que estuviera más en una prueba de vestuario que no en la verdadera gala de los Goya. Pero para mí, un Dior como este no deja de ser un Dior... así que sólo por lo precioso del vestido, Manuela se cuela en mi lista de las más destacadas.

Más nuevos talentos en la lista de las más elegantes de la noche. Por delante de Manuela se sitúa la modelo y actriz Blanca Romero.

Sí, ya sé que a muchos no os gustará este estilo sobrio y, sí, puede que también soso. Pero no sé... a mi el conjunto de dos piezas de Carolina Herrera se me antoja con un aire cincuentero vintage que me llama mucho la atención. Blanca supo escoger muy bien una de las tendencias más rabiosas de la nueva temporada de primavera/verano: el binomio blanco y negro. Con falda lápiz larga de raso y talle alto, y blusa de seda, me pareció que un modelo muy refinado y elegante. Ella supo darle ese aire retro que yo creo que buscaba, simulando ondas en el cabello con un recogido bajo y escogiendo un maquillaje suave en el que destacaban unos intensos labios en rouge. Me encantó el estilo, pero sólo una pega: el bolso. El Dior que llevó (demasiado parecido al clásico 2.55 de Chanel...) está muy bien para una tarde compras, pero no para la alfombra roja.

La octava posición es para la actriz protagonista de Los cronocrímenes: Bárbara Goenaga

La actriz se sumó a la fiebre que últimamente consigue que las celebrities se pirren por vestirse de blanco en las grandes ocasiones. Para ello, eligió un bonito vestido palabra de honor en blanco roto de Ralph Lauren Collection. Me encanta el corte romano de la falda y también el escote, que a Bárbara le sienta como un guante. El cinturón en plata –a conjunto con el clutch–, también del diseñador neoyorquino, le da al conjunto un toque de rebeldía que rompe el estilo de niña buena que podría aportar el vestido por sí solo. Bárbara escogió un maquillaje muy pulido en tonos nude que no recargaban el look, pero erró con el peinado que, aunque me encanta el flequillo, el elevado moño no hacía más que hacerla mayor.

La séptima posición el controvertido diseño de Irene Visedo.

¡Por fin una ocasión en la que Irene se suelta la melena (nunca mejor dicho) y se desprende de la aburrida imagen que compartía con su personaje de Cuéntame! Puede que no os guste el Louis Vuitton de estampado leopardo y escote corazón, pero a mi me impresionó. En un año en el que estamos más que hartas de celebrities vestidas con corte sirena en nude o rosa palo, Irene supo dar la vuelta a la rabiosa tendencia del leopardo y vestirse de fiesta con ella. El resultado es arriesgado y complicado pero, por eso mismo, a mí me encanta. Eso sí, la actriz se excedió con ese pelo afro que hacía extraño su atuendo, aportándole cierto aire a personaje de Los Picapiedra.

Escalando la sexta posición, otro de los jóvenes talentos de nuestro país: Leticia Dolera.
Con este modelo de tafetán de seda en rojo pasión firmado por Cortana, Leticia dio una lección de estilo sobre cómo llevar un vestido en un color que puede ser realmente complicado (el ejemplo más reciente es el horrendo aspecto de Cameron Díaz en la última edición de los Globos de Oro). Me encanta el escote corazón con drapeados de tela y, sobre todo, la preciosa falda abullonada que a las muy delgadas como Leticia aporta una sensación de volumen preciosa. Sinceramente, el modelo le sentaba como un guante a la catalana que, eso sí, se equivocó con un recogido demasiado tirante que acentúa la delgadez de su constitución, y con un maquillaje muy oscuro que no conjuga nada bien con el tono claro de su piel.

En el puesto del ecuador he querido destacar a una guapísima Nausicaa Bonín.

Nausicaa estaba alucinante con este modelo de gran escote en la espalda de Amaya Arzuaga. La actriz, a quien tengo mucho cariño porque casi he visto crecer en la tele, fue una de las más guapas de la noche. Y es que Nausicaa acertó en todo. Me encanta como le queda el tono del vestido y también celebro su atrevimiento a la hora de lucir un complicado diseño lleno de plisados. Excelente también la combinación del blanco con los zapatos salón en plata, cuya hebilla le da un aire como a Dorothy, la protagonista de El Mago de Oz. Para redondear el look, la actriz también dio en la diana con un maquillaje suave con ahumados marrones en los ojos y nude en los labios, y con un favorecedor recogido con flequillo ladeado. Resultado: un diez para Nausicaa que, aún siendo una novata en alfombras rojas (!o verdes¡), consiguió eclipsar a muchas de las grandes.

Siguiendo con el ránking, en el puesto número cinco un clásico de la elegancia: Goya Toledo.

Como era de esperar, Goya no deufradó y volvió a ser una de las más elegantes de la noche con este impresionante modelo negro de Elie Saab. Lo que más destaco del vestido es el cuerpo en pedrería, que se ajusta com un guante al cuerpo de la actriz, resaltando su anatomía. La falda de volantes no es precisamente santo de mi devoción, pero el conjunto es realmente bonito. Y aunque el traje es evidentemente elegante, he situado a Goya en el quinto puesto porque su estilo, al igual que el de su amiguísima Penélope, empieza a aburrirme un poco. Si bien si reconozco en Goya una elegancia que podríamos llamar innata, me gustaría verla alguna vez con algo menos principesco y más innovador.

Llegamos ya a los últ imos puestos. La tercera posición se la lleva esta vez Marta Etura.
Marta se decantó en la gala por un precioso vestido rojo anaranjado de Oscar de la Renta. Hubiera preferido que el tono fuera un poco menos naranja y más pasión, pero la verdad es que Marta estaba impresionante. El escote en palabra de honor con drapeados funciona a la perfección con la falda de volantes, cuya caída no resulta excesiva, un error que podría haber recargado demasiado el conjunto. Aún así, Marta peca con el peinado, luciendo una melena lisa, sosa y sin forma que se cargó un outfit perfecto. La actriz tampoco se lució con el maquillaje y pecó de demasiado natural. Quizá lanzarse con unos labios en rouge habría aportado un poco más de espectacularidad al conjunto final.

Escalando hasta la posición de plata se encuentra la actriz Silvia Abascal.
Simplemente precioso era el diseño en blanco nacarado firmado por, cómo no, Elie Saab (de veras, el día que encuentre algún modelo de este modisto que no me guste será toda una hazaña). Los plisados de la falda y su caída son sencillamente divinos, un look que se completa con el bonito adorno en pedrería del cinturón y los tirantes. Perfecto el toque de color y atrevimiento que aporta el clutch morado y que, junto con la pedrería, rompe la monotonía del conjunto. La única pega que le veo al traje es el escote, que no es el más adecuado para la forma del pecho de la actriz; Silvia goza de un pecho prominente y el escote del vestido le daba un aspecto caído. Más allá del vestido, la actriz se equivocó con un maquillaje demasiado excesivo, con delineados muy profundos en negro de estilo setentero que no conjugaban con el resto del conjunto. Por el contrario, me parece perfecta la melena peinada en ondas al agua que le aporta una dosis extra de elegancia.

Y por último, el primer puesto es para Verónica Sánchez.
Guapísima y atrevida, Verónica dejó por una vez de ser fiel a Dolores Promesas y se presentó a la gala con un diseñó negro, corto y con pedrería de Elie Saab (que hace triplete en mi lista) y zapatos de Louboutin. Puede ser que yo sienta una debilidad especial por Verónica y su estilo, pero esta vez la actriz arriesgó, siendo una de las pocas asistentes que se decidió por el corto, y triunfó. Su estilo porta un aire de renovación en este tipo de eventos, en los que los vestidos largos y el estilo princesita empiezan a saturarnos. Me encanta el juego de pedrería que, aunque debería pesar lo suyo, no carga el look, sinó que le aporta un toque moderno a la alfombra roja, haciendo un guió a las tendencias de este año, tan inmersas en las lentejuelas, los brillos y las tachuelas. Perfectos también el maquillaje en tonos jugosos (aunque se excedió un poco con el colorete) y el recogido con mechones sueltos, que le da un aire bohemio de despreocupación y frescura.

Con Verónica Sánchez cierro mi lista de las mejor vestidas de la gala de los Goya 2010. Se que en muchos casos estaréis en desacuerdo conmigo, pero es lo que tiene el Spain is different, que nuestras artistas se atreven con diseños menos estandarizados y clonados, contrariando a las celebrities estadounidenses. Así que, ya sabéis, como en la diferencia y la variedad está el gusto, aquí estaré esperando vuestros comentarios.

lunes, 15 de febrero de 2010

Sentimiento flamenco

Aunque parezca mentira por el título, no me gusta la música flamenca. Es más, ese cantar desgarrado me pone mal cuerpo. No, tampoco me gustan las sevillanas, ni sé bailarlas y nunca he ido a Sevilla en abril. Así que no sé por qué me apasionan los trajes de flamenca. Los volantes interminables, las larguras cubriendo los pies, las mangas abullonadas... vestidos que transmiten fuerza, garra, pasión y dolor a partes iguales y que yo, de niña, me moría de ganas por poseer uno. Así que os confieso con este post otra de mis pasiones ocultas e inconfesables: admirar desde el silencio la hermosura de un traje flamenco bien hecho. Con esto no me refiero a esos típicos de lunares con bata de cola que hoy en día deberían guardarse en el Museo de los Horrores, sino a aquellos que abanderan la modernización del vestido flamenco, desprendiéndolo de los horribles lunares de colores imposibles para revestirlo en la monocromía de sedas, lentejuelas, flecos y organza y subirlo al podio de la moda.

A la cabeza de esta revolución se encuentra la culpable de que yo esté ahora mismo escribiendo este post: Vicky Martín Berrocal. Y aunque algunas ya hayáis puesto el grito en el cielo, lo cierto es que Vicky lleva cuatro años diseñando moda flamenca y revolucionando un mundo que empezaba a apestar a rancio. Su llegada ha aportado a los trajes de flamenca un aire moderno y renovador que nadie antes había sabido darle. Con ello, Vicky por fin encontró su sitio y los que no creían demasiado en ella como diseñadora –influidos por los prejuicios de su vida de mujer de...– han tenido ahora que tragarse sus palabras viendo la calidad de la moda que lleva la firma de Vicky. Así es cómo, lo que empezó en 2006 con la colección Al Alba, dedicada a su hija, culminó la pasada semana en la Semana de la Moda Flamenca de Jerez, donde Vicky presentó su última colección: Sentir.

(La modelo Laura Sánchez, que lleva años siendo la cabeza visible de los desfiles de Vicky Martín Berrocal, posa con un modelo de seda en blanco, en el que destacan los volantes exagerados en la falda y las mangas, dejando el escote y el cuerpo sin adornos ni colores para resaltar así la figura femenina. El escote también desciende y se adorna con exclusiva pedrería de la India)

De nuevo con la modelo Laura Sánchez como musa indiscutible de sus trajes, Sentir mostró el crecimiento de Vicky como profesional de esta rama de la moda, con vestidos puramente trabajados en telas nobles y acabados de lujo. Modelos de flamenca, sí, pero creados por una mujer y para mujeres, lo que demuestra esa tremenda feminidad que desprenden y que los convierte en trajes incluso llevables mucho más allá de las ferias. Precioso el vestido en negro cubierto de paillettes. Aquí la falda pierde el protagonismo que tenía en el anterior para no recargar un conjunto ya muy brillante de por sí, y la manga se alarga para adoptar la forma romántica con volantes en la muñeca.

Me parece también muy bonito este modelo en blanco de inspiración setentera cuyos flecos aportan más movimiento al vestido que, no oblidemos, que está teóricamente pensado para bailar. En esta ocasión pierden protagonismo también las mangas, que quedan libres de adornos y volantes, para dejar en primer plano una falda sin mucho volumen y los flecos.

Con estos bonitos modelos, termino este extraño post dedicado a una rama poco conocida de la moda y sobre la que nunca pensé que escribiría. Seguramente nunca llevaré un traje de Vicky Martín Berrocal ni de ninguna otra diseñadora quizá más asequible. No sé ni para qué querría yo un traje de flamenca, pero aún así no puedo evitar que la esencia artística y bien trabajada de estos preciosos diseños me ilumine y encandile con un hechizo especial. Pero es que a mí, lo que me gusta es la moda en toda su esencia; desde los estilos más indie y underground, pasando por el vintage, las más rabiosas tendencias, la alta costura, el prét-à-porter y las cadenas de mass-moda. Así que, lo que hace Vicky no deja de ser moda, repleta de arte, estilo y sentimiento flamenco. Y en mayúsculas.

martes, 9 de febrero de 2010

Desfiles de estrellas II (Segunda Parte: Las peor vestidas en la gala Grammy 2010)

Con este segundo post cierro ya mis propias listas dedicadas a los modelitos que lucieron las celebrities invitadas a la gala de los Grammy 2010. Como la vez anterior, hoy volverán a ser sólo ocho famosas las que ocupen la lista de las peor vestidas, más bien para compensar la otra lista que no por falta de candidatas. Tal y como os dije, cuando decidí finalmente a dedicar dos post a los Grammy (posibilidad que estuve barajando debido a la poca calidad en moda que suele tener esa alfombra roja) tuve que ampliar mi definición de elegancia con tal de poder escoger a las ocho mejor vestidas. Por el contrario, la lista que leéreis a continuación tuve que recortarla, ya que las candidatas al podio de los horrores eran más de ocho y más de diez. Así que aquí la tenéis. Espero que tengáis ganas de ver esta segunda parte del estilo de los Grammy, la cual creo que no tiene desperdicio.

Empezando la lista por la posición más baja encontramos a la exitosa cantante Katy Perry.
Katy Perry arrives at the 52nd annual Grammy Awards in Los Angeles
No sé ni por dónde empezar con este modelo en nude, incrustaciones doradas y cola de Zac Posen. Como soy buena, he escogido una de las fotos en las que la cantante sale más favorecida, pero la verdad es que Katy queda camuflada en este traje, cuyo color nude se camufla entre su piel blanca, dándole un efecto de disfraz de sirena. Es esta misma ausencia de tono del vestido, la que ensancha la forma de su cuerpo, sobre todo en la zona de las caderas. Y es que el vestido de Zac Posen es ideal para cuerpos muy delgados, pero no para Katy que, aunque está delgada, no escogió la mejor opción para resaltar las formas de su anatomía. El mal look acaba de rematarse con una melena suelta con flequillo recto, muy al estilo pin-up que tanto gusta a la artista, pero que, aunque va bien peinada, no conjuga con el resto del atuendo.

La séptima posición es para Beyoncé, una artista cuyo estilo todavía no he logrado captar.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
Con lo guapa y joven que es y lo embutida que va siempre... y luego decimos de Mariah Carey. El vestido de corte sirena de Stephane Rolland no está tan mal, pero no es para el cuerpo de Beyoncé. La cantante parecía incapaz de respirar, embutida en este diseño en color perla con incrustaciones bordadas cuya forma y color ensanchaba sobremanera todo su cuerpo. No me gustan las mangas que, aunque sirven para corregir unos brazos un tanto prominentes, arruinan la gracia del vestido. La forma del escote y el símil de cremallera que baja por el abdomen tampoco son santo de mi devoción, una vez más también debido a la anatomía voluptuosa de Beyoncé, que no se ve nada favorecida con este estilo de vestidos. Por lo demás, me gusta la ausencia de joyas en los brazos y la melena lisa, que le da un aire puro y limpio y no recarga un outfit que ya es bastante barroco debido a los bordados del vestido. Aún así, se equivocó con los pendientes, que puede que fueran de firma, pero a mi se me asemejan más a mercadillo... y del barato.

Precediendo a Beyoncé se encuentra Jennifer Lopez, que parece que ha vuelto a sus inicios de latina sexy y... hortera.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Press Room
El Versace que lució Jennifer en la gala no tiene ninguna explicación; una verdadera pena, con lo bien vestida que iba últimamente y parece que la cantante y actriz ha vuelto a las andadas. El vestido en dos piezas no se aguanta por ningún sitio. Según dicen, su estilista, Roberto Vetica, se inspiró en la década de los setenta para vestir a Jennifer... ¿Qué queréis que os diga? A mi el vestido se me asemeja con mucho menos glamour que el setentero. La túnica en blanco irisado con rombos en plata metálico le da un aire de madame entrada en años que se remata con la parte interior, en forma de minivestido plateado. Por si no fuera poco, Jennifer luce incómoda y embutida en el Versace, que parecía un par de tallas más pequeño que el necesario. Además, la actriz no supo combinarlo nada bien, luciendo una melena leónida más encrespada que peinada y un maquillaje ahumado inspirado en los setenta, sí, pero demasiado abrupto, que sólo conseguía endurecer sus rasgos.

Escalando posiciones, llegamos al número cinco de la mano de Pink.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Press Room

No entiendo por qué siempre llega un día en el que las que van de chicas malas se empeñan en disfrazarse de princesitas. Y es que, cuando has grabado canciones riéndote de Nicole Richie o Paris Hilton, es un poco hipócrita que llegue un día en que te presentes a un acto vestida como ellas. Así pues, con el vestido que lució en los Grammy, Pink estaba más que desfavorecida, luciendo un look artificial e incómodo con este diseño de corte sirena en degradé de grises y negros firmado por Tony Ward. Y es que, aunque el degradado da al modelo un aire revolucionario, el resultado es cargante y barroco, hecho que se acentúa con los bordados en forma de escama que se suceden por todo el traje. Además, las incrustaciones de pedrería del cinturón y el escote dejan entrever un estilo cursi que no pega nada con la imagen de chica dura y rebelde que la cantante siempre ha querido vender de su misma.

En el cuarto puesto se encuentra la modelo canadiense, it-girl del momento, Coco Rocha.
Coco se plantó en la gala con un vestido de la firma de moda que lanzará ella misma dentro de poco; Rococó, nombre bien escogido si toda la colección sigue los pasos de este vestido. La verdad es que suele encantarme el estilo de Coco, que siempre aparece impecable en los backstage de los desfiles, con blazer, vaqueros y maxibolso. Por eso, su presencia en una gala de este tipo podía presagiar que aparecería hecha un pincel. Nada más lejos de la realidad, ya que el vestido de seda en azul y dorado cae por su propio peso. Podría dar por pasable el aire vintage que pretende tener, pero la abertura central no logro entenderla de ningún modo; y menos cuando la parte superior culmina en unas horribles hombreras doradas que le dan al traje un aire de soldado napoleónico. Sólo faltaba culminar el look con un collar gigantesco que no hacía ninguna justicia a la belleza y el estilo del que suele hacer gala Coco. Quizá es que, a veces, más vale que las modelos se dediquen a ser modelos y los diseñadores a ser diseñadores.

Y por fin los tres primeros puestos, cuya tercera posición ocupa la inexplicable Lady Gaga.
Lady GaGa arrives at the 52nd annual Grammy Awards in Los Angeles
No acabo de captar la revolución que ha supuesto Lady Gaga en el mundo de la moda, ni que blogs y revistas alaben continuamente su estilo –me gustaría ver cómo reaccionaría la gente si alguno de los demás mortales nos plantáramos así vestidos en cualquier fiesta–. El vestido que la cantante lució en la gala, firmado por, nada más y nada menos que Giorgio Armani Privé, seguía el designio de su inexplicable estilo entre hortera y futurista. Dicen que el traje rígido y semi-transparente quería simbolizar el sistema solar, razón por la cual la cantante se plantó una ridícula peluca de amarillo chillón. Un conjunto imposible, como imposible era también el cuerpo nude con incrustaciones de pedrería que lució debajo del vestido y que culminaba en unos zapatos con plataforma invertida, también revestidos en pedrería. Resultado: despropósito total.

La posición de la plata es para la cantante española Shaila Dúrcal.
Shaila Durcal arrives at the 52nd annual Grammy Awards
Una española a la que nominan y ella tiene que acudir con esas pintas... No sé quién diseñó el vestido incomprensible que lució Shaila con el que, entiendo, deseaba homenajear las rancheras que caracterizan su música y la de su madre. Pero es que ni es adecuado para el evento, ni le hace ninguna justicia a su belleza. El dos piezas en color morado con grandes y coloridas flores bordadas sería perfecto para cantar las rancheras en sus conciertos, pero no para la entrega de los Grammy. Además, el corpiño no es lo suficientemente ceñido y parace que baile en la cintura de Shaila, lo que todavía da más sensación de desarreglo. Para rematarlo: la cantante se plantó un recogido soso, anticuado y sin gracia que la hacía parecer mucho mayor de lo que es.

Y, para finalizar, la primera posición es, cómo no, para la princesa del pop: Britney Spears.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
No lo entiendo. ¿Creía Britney que iba a una fiesta en casa de Hugh Hefner en lugar de a una entrega de premios? Me quedo sin habla cada vez que la veo con este vestido de corpiño boudoir y rejilla superpuesta firmado, increíblemente, por Dolce&Gabbana –¿lo crearían especialmente para ella o está realmente a la venta?–. Ella se lo toma con filosofía y no sólo luce el vestido orgullosa, sinó que lo combina con medias de rejilla y zapato salón con tachuelas incrustadas, para rematar cualquier posible esperanza de elegancia. Me da por pensar que no me creo a los que intentan vender un resurgimiento de la princesa del pop porque, a juzgar por esta imagen, yo la veo más perdida que nunca.

Espero que os haya resultado tan ligero y apasionante como a mí este recorrido por los Grammy 2010, con el que cierro esta etapa de cuatro posts dedicados al estilo de las estrellas en las alfombras rojas del inicio de este año. Sólo, a modo de conclusión, espero que las próximas generaciones del mundo de la música crezcan con una sensibilidad para la moda mayor que la de sus antecesores porque si los Grammy siguen así, me parece que tenemos pasarela hortera para rato.

domingo, 7 de febrero de 2010

Desfiles de estrellas II (Primera Parte: Los mejores vestidos de la Gala Grammy 2010)

Siguiendo las múltiples red carpets que tan seguidas se suceden a principios de año, en este post os hablaré de mis mejor vestidas a otro desfile de celebrities: la entrega de los premios Grammy 2010. Me ha costado mucho decidirme a hablar o no de los Grammy, una alfombra roja que siempre he considerado poco elegante y muy hortera. Curiosamente, ha sido este hecho el que me ha empujado a hablaros de ella, ya que, a veces es entre vestidos imposibles y apuestas horribles, cuando destacan bellos modelos que habrían pasado desapercibidos en otras alfombras rojas. Así pues, en este nuevo post recopilaré mis ocho celebrities mejor vestidas en la última gala de los Grammy 2010. Esta vez no completo el top ten, porque bastante trabajo me ha costado ya encontrar ocho vestidos que valieran la pena... así que, la lista se reduce. ¡Disfrutádla!

Como siempre, empiezo por el final y el puesto número ocho es para la cantante de The Black Eyed Peas, Fergie.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
Nunca antes hubiera dicho que acabaría recopilando el estilo de Fergie en alguna lista de mejor vestidas, aunque sea en el último lugar. Pero esta vez, la cantante llegó a los Grammy con un más que aceptable minivestido azul eléctrico firmado por Emilio Pucci. Quizá la largura no es la más apropiada para la alfombra roja, pero me gusta el toque que le da la tira plateada, que sube por los costados del traje hasta colocarse en el lado izquierdo como único tirante de un vestido asimétrico. La cantante combinó muy bien el modelo con sandalias y clutch metálicos, con los que rompió una monocromía azulona que quizá habría resultado cargante. Erró, eso sí, con una melena de efecto despeinado y en un tono castaño demasiado oscuro que le aportaba poca elegancia al conjunto.

Por delante de Fergie, la cantante canadiense que descubrí gracias a Edurne: Melanie Fiona.
Universal Motown Republic Group's GRAMMY Nominee 2010 Cocktail Party
Radiante y guapísima estaba la cantante con este vestido negro de cuerpo drapeado y falda globo de Christian Siriano. Pero, aunque Melanie logró a su llegada atraer todas las miradas y destacar como las mejor vestidas del evento, el excesivo vuelo de la falda es lo que la sitúa en los puestos traseros de mi lista. Por lo demás, genial; joyas y clutch negros incluidos. Sobre todo, me encantan el juego de drapeados del cuerpo superior y el corte asimétrico de los tirantes, que la artista combinó muy bien con un semirecogido ladeado, cuyo peso caía en la parte izquierda, para compensar así la asimetría del vestido.

Por delante de Melanie, una cantante de música country prácticamente desconocida en nuestro país: Carrie Underwood.
Photo by: KGC-11/starmaxinc.com 2010 ALL RIGHTS RESERVED 1/31/10 Carrie Underwood at the 5
Carrie está espectacular con este vestido largo de organza y seda en blanco, del que no he conseguido averiguar el diseñador –si alguien lo sabe, ya sabéis...–. Me encanta la caída del traje, pero lo más destacable son los tirantes y el escote en plateado metálico, que aportan un look rompedor y futurista a un conjunto que podría haber sido demasiado cursi y soso. Aún así, no me acaba de convencer la caída del tirante derecho... me habría gustado más si se hubiera mantenido un único tirante en la parte izquierda, dejando la derecha en strapless para acentuar la asimetría. De todos modos, Carrie estaba guapísima y supo combinar el conjunto con clutch en blanco brillante y joyas plateadas. Sólo un apunte: la melena a capas con el flequillo ladeado arriesga poco y me resulta un tanto aburrida.

Y, siguiendo con las cantantes de country, la posición número cinco la ocupa Jennifer Nettles.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
Sé que el diseño de Victoria Beckham para Sugarland es de un estilo muy complicado y que a muchas no os cuadrarán ni la forma ni el color, pero a mí me dejó sin habla. El corte es precioso y, sobre todo, me encantan la caída y la cola. Me gusta también la inspiración geométrica que consigue el juego de los tirantes con las franjas negras de la cintura y el abdomen. Pero, lo más espectacular es el escote en la espalda que, con un juego de tiras negras, da al traje un punto súper sexy. Otro punto a su favor es que el escote trasero se junta por delante mediante dos aberturas situadas en la cintura y que, sin resultar vulgar, aportan un toque sexy a la parte delantera del conjunto, que podría haber resultado poco arriesgada. Lástima que Jennifer no culminó el look con un buen peinado y un buen maquillaje, sinó que se decantó por peinarse como recién salida de la ducha y eligió un make up sin complicaciones y en tonos demasiado rosados y blancos que no pegaba con el resto del look.

El número cuatro es para la icono de adolescentes, Miley Cirus.
Photo by: Galaxy/starmaxinc.com 2010 ALL RIGHTS RESERVED 1/31/10 Miley Cyrus at the 52nd A
Con este minivestido bandage en verde azulado y aberturas de Hervé Leger by Max Azria, Miley demostró que, a sus 17 años, poco queda ya de aquella niña llamada Hannah Montana. Me encanta el estilo vintage del look y, aunque muchos lo tacharon de poco arriesgado por la falta de escote, para mí queda compensado con la escasa largura del vestido, que permitió a la actriz presumir de unas piernas estupendas, que culminaban en unas divinas sandalias gladiador de Balenciaga. Para no variar, lo único que me disgusta es el peinado y el maquillaje. Miley se empeño en lucir su larga melena suelta, y el resultado sólo consiguió tapar parte del traje y aportarle un estilo descuidado y poco elegante. Por lo que respecta al maquillaje, la actriz abusó del tono nude en los labios, con lo que consigue lucir una boca poco atractiva, y se decanta por un colorete demasiado anaranjado que le suma años y le da un toque artificial al rostro.

Ya en los puestos de honor, la tercera posición es para la cantante de R&B, Keri Hilson.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
Keri lució estupenda en este Dolce&Gabbana rosa palo de corte sirena. Lo que más me impacta del vestido strapless es el efecto bandage que consigue la superposición de gasas drapeadas, que moldea a la perfección el cuerpo de la actriz. Contrariamente, no me acaba de gustar el excesivo vuelo de la cola y que, en esa parte del vestido, se de más importancia al raso que a la gasa, ya que hace que el traje se asemeje a un disfraz de niña. Perfecto el cinturón de pedrería como única joya, que permite que las miradas se centren en él sin recargar el conjunto, y rompe un vestido que podría haber pecado de ser demasiado de princesita. Para mí, el único error en el look es el recogido con ondas ladeado que rompe la frescura y juventud de la actriz, consiguiendo que parezca mayor.

Aunque aún estoy sorprendida por mi decisión, el número dos es para, nada más y nada menos, que Rihanna.
Rihanna arrives at the 52nd annual Grammy Awards in Los Angeles The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
Sí, lo sé. El vestido de Elie Saab es una apuesta difícil y arriesgada que no os gustará a todas. Pero a mi me encanta, puede que por mi fidelidad incondicional al diseñador libanés; por la que, en el caso hipotético que yo tuviera que vestirme para la alfombra roja, lo haría con uno de sus diseños. La verdad es que no suele gustarme el estilo de Rihanna, pero esta vez creo que acertó con este vestido en blanco de dos piezas le sentaba de maravilla. Me encanta la caída de la falda con una gran abertura central que empieza justo por encima de la rodilla y compensa la falta de escote delantero. Precisamente esta ausencia, es la que consigue que no se noten exageradas las plumas en la parte superior delantera, del mismo modo que la pureza de la tela de la falda compensa la pedrería de la parte superior. Lo mejor: el escote en la espalda, que consigue un aire súper sexy. Además, la cantante supo sacarle partido al look escogiendo un make up en blanco irisado y gris perla que daba luz a la mirada y destacaba sus ojos como centro total del rostro. Impecable.

Y por fin, la justa ganadora: la cantante y actriz Lea Michele.
Lea Michele arrives at the 52nd Annual Grammy Awards
Sobran las palabras para describir el estilo que lució esta cantante y actriz cuya existencia desconocía hasta ahora. Lea optó por un atrevido vestido negro corto de Romona Keveza que desafía las leyes y normas clásicas del little black dress. Y acertó. Atrevido pero sin recargar y corto en su justa medida, el traje con falda de plumas y cuerpo de gasa drapeada fue uno de los más comentados de la noche. Me encanta todo el conjunto, es rompedor y fresco pero a la vez clásico y elegante. Además, la combinación con los peep toes en negro y las pulseras de Lorraine Schwartz todavía aporta más encanto al look. Para culminarlo, Lea optó por una sencilla melena lisa con flequillo ladeado para no complicar el conjunto con barrocos recogidos, y un make up que destacó por los ojos en tonos ahumados muy difuminados, labios nude y mejillas jugosamente rosadas. Perfecta.

Con Lea Michele se cierra mi pequeña aportación sobre los mejores estilos de los Grammy 2010. Os espero pronto en la segunda parte del post, donde veremos realmente que al binomio música y moda todavía le queda mucho por evolucionar.

viernes, 5 de febrero de 2010

Desfiles de estrellas (Segunda parte: las peor vestidas de Los Globos de Oro 2010)

Siguiendo la lista anterior, que recapitulaba mi visión con las diez mujeres mejor vestidas de la última gala de Los Globos de Oro, continuo este post con una nueva lista. Le toca el turno ahora a aquellas celebrities que no acertaron con su propuesta o que las firmas de moda vistieron con modelos demasiado arriesgados que no estaban hechos para sus anatomías. Si bien encontraréis algunas asiduas a las listas de las peor vestidas de cualquier sarao de celebrities, este año me ha sorprendido que me hayan decepcionado estrellas cuyo estilo suelo admirar. Así pues, habrá que esperar hasta la gala de los Oscar para ver realmente si tal tropiezo fue sólo cosa de una noche. Porque, al final y al cabo, todas somos humanas. Hasta ellas.

Como en el post anterior, empezaré también por la décima posición, para no desvelaros el peor look hasta el final. Así que, en el número diez de la lista, muy a mi pesar, he colocado a la guapísima Heidi Klum, icono de moda que, esta vez, no supo escoger el atuendo adecuado.
Golden Globe Awards 2010 - RED CARPET
Con un cuerpo envidiable después de dar a luz a su cuarto, Heidi se equivocó en todo el conjunto de su look. El vestido en gris perla, firmado por Roberto Cavalli, tiene bastantes puntos que me disgustan. Aunque el corte de sirena con cuerpo ajustado y cola voluminosa sí es bonito, no los es el color apagado, que no la favorece en absoluto. Además, el juego de brillos es algo cargante y los tirantes caídos no le resaltan el escote, ya que consiguen que el pecho luzca caído y aprisionado. Si el vestido no fuera ya suficiente desfavorecido, Heidi acaba de redondear un mal look con un clutch en paillettes plata y rosa que no encaja con el resto del atuendo. La modelo tampoco atina ni con el peinado ni con el maquillaje, ya que se presentó a la gala con una melena con la que parecía haberse levantado, sin ninguna forma ni peinado; y el make up en tonos tan claros es demasiado soso para un acto de noche. Así que, sintiéndolo mucho, Heidi Klum está esta vez más que suspendida.

Por delante de Heidi, está Cameron Díaz, cuyo estilo ya hace mucho que dejó de gustarme.
Cameron Diaz arrives at the 67th annual Golden Globe Awards in Beverly Hills
Para la ocasión Cameron escogió un vestido en raso rojo sangre, demasiado estridente, de Stella McCartney con el que, para mi gusto, erró. La tela y la forma recta del traje con el doble escote se me asemejan más a un camisón barato que a un vestido de fiesta. Para rematarlo, los zapatos en negro acaban de arruinar un conjunto que se habría suavizado con un total look rojo, acorde con el vestido y el maquilaje de la actriz.

Mi posición número ocho es para la guapísima hija de Goldie Hawn: Kate Hudson.
67th Annual Golden Globe Awards - Arrivals
Me encata Kate y me encanta Marchesa, la firma que creó el vestido de la actriz. Aún así, esta vez no puedo apostar por su look en la gala. El vestido de dos piezas en blanco podría gustarme si el escote fuera un poco menos voluminoso. Y es que no le veo ningún sentido a la extraña forma que adopta el vestido en el pecho, a no ser que sea para aumentar la sensación de volumen en el pecho, ya que la actriz no goza de una prominente delantera. Para mí, el resultado es excesivo, extraño y no cumple con su propósito. Además, los zapatos de Casadei lucen una plataforma excesiva que aporta un toque poco elegante al look. Y aunque el maquillaje funciona, el moño bajo ladeado es anticuado y poco adecuado a la juventud de la actriz, por lo que le suma años y deja entrever unas orejas un tanto despegadas.

Siguiendo a Kate, la próxima posición de la lista es para nuestra compatriota, Penélope Cruz.
67th Annual Golden Globe Awards - Arrivals
Contradiciendo a la mayoría de blogs y revistas de moda, siento decir que no me convence el vestido de Penélope, firmado por Giorgio Armani Privé. Me gusta la cola, pero el resto no arriesga y me aburre. El cuerpo con rayas horizontales no favorece su anatomía latina y la ensancha sin quererlo, haciendo que la actriz luzca prácticamente sin cintura. Tampoco me convencen las mangas y el escote en encaje negro. Para mí, el look es demasiado clásico y muy poco arriesgado, cosa que se acentúa con un semirecogido demasiado soso, clásico y poco innovador.

Llegados ya al puesto número seis, debo decir, también con pesar, que lo ocupa otro de mis iconos, Chlöe Sevigny.
67th Annual Golden Globe Awards - Arrivals
Creo que es una de la pocas veces que discrepo con el look de la musa de la moda underground. Pero es que no es para menos; al vestido de Valentino le sobran volantes y le falta forma. La figura de Chlöe se pierde entre tanto barroquismo y el vestido acaba pareciendo más un traje premamá que un vestido para la alfombra roja. Además, tampoco me convence el peinado tan estirado en la parte trasera, ya que le resta frescura y le añade años a la actriz, que tampoco acierta con el maquillaje, echando mano de unas sombras de ojos demasiado moradas que aportan un aspecto cansado al rostro.

La posición número cinco he decidido atorgarla a una de las más excesivas de la noche, la actriz de Mad Men, Christina Hendricks.
67th Annual Golden Globe Awards - Arrivals
No sé por dónde empezar... ¿qué me disgusta más? ¿los volantes? ¿el escote excesivamente prieto y prominente? ¿el color champagne? Christina erró en todo a la hora de escoger su vestido, creado por Christian Siriano. El traje le ensancha el cuerpo y no le hace ninguna justicia. Mal elegido también el tono rosa champagne, que se pierde en el tono de piel tan blanco de la actriz. Por si no fuera poco, Christina tampoco acierta con el maquillaje, usando un rojo pasión en unos labios demasiado gruesos que desfigura y rompe la armonía del resto del rostro.

Subiendo posiciones, se encuentra otra diva cuyo estilo nunca logro entender y que cada vez
veo menos hermosa: Nicole Kidman.
Nicole Kidman appears backstage at the 67th annual Golden Globe Awards
El vestido de raso en nude de Nina Ricci le aporta un aspecto todavía más apagado a su piel porcelana, y el corte acentúa una delgadez casi enfermiza haciéndole perder cualquier forma de mujer. Además, la caída drapeada de la falda cubre totalmente la abertura en el muslo, que podría aportar un toque sexy al conjunto, y los adornos en forma de lazo drapeado del hombro derecho y la cadera son totalmente prescindibles.

Ya casi en los primeros puestos, una asidua a las listas de las peor vestidas: Mariah Carey.
Photo by: Galaxy/starmaxinc.com 2010 ALL RIGHTS RESERVE D 1/17/10 Mariah Carey at the 67th
Cierto es que, después de años encabezando las listas de las peor vestidas, tiene mérito que Mariah Carey siga fiel a su estilo exagerado y demasiado ajustado para su anatomía. La verdad es que el vestido de Hervé Leger by Max Azria tendría un pase si se adecuara a la talla y la forma de su cuerpo. Pero Mariah se empeña a los 40 en vestirse como si el tiempo no pasara, y el resultado es excesivo y demasiado explícito. Así que, como de costumbre, suspendida.

A punto de finalizar la lista, la medalla de la plata de esta segunda parte del post es para Anna Paquin, la eterna protagonista de El piano.
Photo by: Galaxy/starmaxinc.com 2010 ALL RIGHTS RESERVED 1/17/10 Anna Paquin at the 67th A
Tiene delito que, ni a mí, que este año soy totalmente pro-lentejuelas, me convenza el modelo de Stella McCartney. El juego de platas y dorados con tanto brillo es demasiado excesivo, y es que Anna creo deseó seguir la tendencia del total look de paillettes creada por Balmain, pero se excedió. El resultado es cargante y pesado, además no conjuga con las sandalias negras en plataforma que, en lugar de aligerar el look, le aportan todavía una sensación más barroca y recargada.

Finalmente, mi lista de las peor vestidas de esta gala se cierra con el look de Julianne Moore.
Golden Globe Awards 2010 - RED CARPET
Y es que no entiendo este extraño Balenciaga en negro brillante y sin forma, con una rídicula mini abertura a la altura de los pies. Por no hablar de los caídos tirantes con volantes en forma de flor, que todavía entristecen más el look de la actriz, porque no resaltan un escote que queda escondido en el conjunto, ni la forma de su cuerpo. El resultado es una Julianne muy poco favorecida y perdida en este traje que tiene más forma de saco que de vestido de red carpet. Una lástima, ya que la actriz es excepcionalmente bella y logra conservarse muy bien con el paso de los años. Otra vez será.

Y ahora sí que cierro mi viaje virtual por la gala de los Golden Globe Awards 2010. Como siempre, espero vuestros comentarios, me encantará saber qué os parecen mis elecciones.