miércoles, 2 de marzo de 2011

Olvídanos, Oscar: las peor vestidas de la Gala Oscar 2011

Guapa. Al contrario de lo que creía hace años, hay días en los que me siento guapa. Cuando me miro al espejo y me devuelve una imagen que me gusta; cuando llego al trabajo y me dicen que irradio luz; cuando Él me mira y me suelta un: "GUAPA", así, en mayúsculas, haciendo que me sonroje... Días en los que me comería el mundo porque sí, sólo porque esta extraña palabra de dos sílabas me ha subido la moral. Aún así, esos días no son todos, y se alternan con días odiosos en los que me gustaría no salir ni a la calle. Días en que por mucho que me maquille, peine y arregle me sigo sintiendo fuera de lugar. Esos días son ideales para subirnos la moral con los patinazos que cometen las celebrities en las alfombras rojas y cerciorarnos de que ellas también son humanas, y que, por mucho estilista que contraten, pueden presentarse en eventos tan importantes como la gala de los Oscar hechas auténticos espantapájaros. En la siguiente lista encontraréis mi continuación al post anterior, una nueva selección con los diez estilos que, para mí, fracasaron en la última gala de los Oscar. ¡Espero que os guste!

Empezando por la décima posición, encontramos a Reese Whiterspoon.

Ya sé que la mayoría de revistas y blogs de moda hablan de este binomio blanco/negro de Armani Privé como uno de los modelos más elegantes de la gala. Pero la verdad, a mí es que Reese me aburre soberanamente. Con ese aspecto de rubia típica y esa cara de niña americana que nunca ha roto un plato, me dan ganas gritarle que espabile a los cuatro vientos. Aunque elegante, a mi entender el traje es demasiado sobrio para alguien tan joven. Además, la coleta en la parte superior de la nuca a modo años sesenta no hace más que envejecer el estilo de Reese, que podría haberse lanzado por un estilo más vanguardista y juvenil.

Tras Reese Whiterspoon, la novena posición está ocupada por otra rubia: Cate Blanchet.

Normalmente me encanta Cate. Creo que es arriesgada, atrevida y que le gusta la moda, y eso se nota; por eso me sienta mal colocarla en esta lista. Pero es que, sinceramente, he intentado salvar por todos los lados posibles su Givenchy Couture en color malva pero no ha habido manera. ¿Qué significa este vestido? No me desagrada el color, pero no acabo de entender las mezclas entre retro y futurista que se desprenden del corte del traje. ¿Inspiración romana o Robocop? No sé... tampoco acabo de entender esa especie de babero que cubre su escote o las mangas con forma de cuadrícula. Por si fuera poco, ¿incrustaciones en pedrería en amarillo sobre vestido malva? Creo que, por una vez, Cate se dejó aconsejar mal o quizá se dejó llevar demasiado por su instinto rompedor, y fracasó.

Subiendo por la octava posición, aparece la Nominada a Mejor Actriz: Jennifer Lawrence.

¿Por qué será que hay tantas actrices que desaprovechan oportunidades únicas para lucir auténticos modelazos? Jennifer Lawrence lo tenía todo de cara para deslumbrar: además de acudir a la gala de los Oscar, estaba nominada en la categoría de mejor actriz principal, por lo que sabía de sobras que todos los focos la apuntarían. Y lejos de escoger un modelo adecuado para la ocasión, ella se enfunda un vestido de corte minimal en rojo de Calvin Klein Collection... a ver, el traje no es feo, pero es demasiado sencillo para una ocasión como la que la actriz tenía por delante esa noche. Tirantes finos, corte recto sin forma, escote redondo a la altura del pecho, melena suelta en plan informal... Jennifer es guapa y sin duda el traje no le sienta mal, pero esto eran los Oscar y no una fiesta en la playa, así que: suspendida.

Escalando hasta la séptima posición, encontramos a la guapa Anne Hathaway .
Está claro que las que apostaron por el rojo la noche de la gala no escogieron la mejor opción. Almenos es el caso de Anne Hathaway que, enfundada en este Valentino vintage de tafetán en rojo pasión, parecía que se hubiera echado diez años encima. Normalmente me encanta el estilo bohemio chic de Anne, pero esta vez el corte del vestido la hace parecer totalmente recta, sin curvas, ni cintura, ni caderas, ya que sus formas quedan totalmente difuminadas dentro del vestido. Evidentemente, peores son esa especie de floripondios que adornan la parte baja de la falda, aportando al conjunto unos volúmenes extraños que no acabo de captar. Como si el vestido no fuera ya suficiente, Anne erró también con un maquillaje en tonos demasiado blancos que, en contraste con unos labios rojo pasión, envejecían su rostro. El peinado, de corte demasiado clásico, y su melena aclarada no ayudaron para nada a mejorar el resultado.

Sin abandonar los tonos estridentes, escalamos a la sexta posición, ocupada por Jennifer Hudson.

¿Unas gafas de sol para cubrirse del deslumbramiento de Jennifer, por favor? Bromas fuera, es increíble el cambio físico que ha sufrido la actriz en los últimos años, que ha pasado a tener una figura esbelta y envidiable, pero reaparecer con este grandioso y chillón Versace Atelier en tafetán naranja no sé si es la mejor decisión. Aunque Jennifer luzca una bonita piel, el color del vestido sigue siendo demasiado cargado y, en cuanto a la forma, realmente es bonita, pero el escote halter no es una buena opción para recoger bien el pecho de Jennifer después de perder peso, ya que se ve visiblemente caído y separado.

Subiendo hacia arriba, en la quinta posición se sitúa Annette Bening.

No sé, puede que sea yo que tras ver a una espléndida Helen Mirren, todas las demás actrices maduras de la gala me parecen inadecuadas. De todos modos, creo que Annette Bening no estuvo nada acertada a la hora de escoger su vestido negro con ribetes plateados de Naeem Khan, que no hacía ninguna justicia a su belleza. No acabo de entender el juego de los adornos en plata alrededor del vestido y lo que entiendo menos... ¿qué significa ese miniescote acabado en pico que parece cosido por un marido que no quiere que su mujer insinúe? La verdad, entre la largura del vestido y la ridiculez del escote, Annette Bening parecía más un robot que unas de las actrices nominadas de la noche.

En la cuarta posición encontramos a otra veterana del cine: Sharon Stone.

Sharon Stone o cómo no saber afrontar que ya has pasado de los cincuenta. Puede que ser la eterna joven y sexy protagonista de Instinto Básico haga daño al envejecer, pero Sharon Stone debería empezar a aprender a suavizar su imagen de mujer sexy y despiadada si no quiere caer pronto en la trampa del ridículo. Almenos esta vez, su elección por este traje de Dior en negro y con adorno de plumas en el hombro no le hacía ninguna justicia. Si para colmo, ella lo combina con un peinado hacia atrás y un maquillaje en tonos altamente oscuros, el resultado la hace parecer mayor de lo que es.

Y llegamos ya al podio de la victoria. El tercer lugar lo ocupa nuestro valor patrio más internacional: Penélope Cruz.

A ver... Tanto bombardear especulando sobre la dieta que seguía Penélope para enfundarse en su maravilloso vestido de la gala de los Oscar y ella aparece con un L'Wren Scott en burdeos y decorado con extraños adornos de paillettes, que parece robado del armario de Goldie Hawn en los noventa. ¿Y qué significa ese escote a punto de reventar? Por favor, dudo que los señores que acudieron a la gala pudieran mirar hacia otro lado que no fueran los pechos de la actriz... Sin duda, Penélope erró con un traje demasiado simplón y banal que sólo servía para marcar su envidiable cuerpazo, olvidando totalmente el estilo habitual al que nos tiene acostumbrados.

La segunda posición es para otra de las actrices nominadas de la noche: Cody Horn.
¿Cómo sabe una cuántas más veces tendrá la oportunidad de acudir a las gala de los Oscar como nominada? Por lo que se ve, Cody Horn debe de creer que infinitas, porque sino no habría desperdiciado tal oportunidad con semejante vestido esperpéntico del que no he podido encontrar ni el diseñador. El vestido negro con estampado floral es demasiado sencillo para una ocasión tan importante, pero podría pasar si sólo fuera por eso. A mi entender, lo que arruina por completo el look son esos guantes de rejilla, más propios de la época dorada de Jenna Jameson en Las Vegas que de una actriz que puede recibir el premio más importante de su vida. Para culminar, ni el maquillaje ni la coleta de estar por casa ayudan a arreglar un look desastroso en todos los sentidos. Piensátelo mejor la próxima vez, Cody.

Por fin, la primera posición es para Marisa Tomei.

Sinceramente: no hay por dónde coger el vestido vintage años cincuenta de Charles James en Lily et Cie que lució Marisa Tomei. Me encanta la idea de reciclar un vestido de firma y adaptarlo a los cánones de moda actuales, pero Marisa parece que haya decidido enfundarse este horror justo la tarde antes de la ceremonia. Y ahí está el resultado: los tirantes del escote son demasiado elevados para la altura de su pecho, con lo que el escote corazón queda situado demasiado alto en el conjunto. Todo por no hablar de la esperpéntica falda de tul de corte sirena que en lugar de hacerla parecer una actriz actual podría convertirla perfectamente en la Reina del Baile de 1982. Sin duda, un estilo anticuado y exagerado con el que la actriz se estrelló.

Y con Marisa Tomei termina mi particular análisis de la última ceremonia de los Oscar. Tras estos estilos un tanto aburridos y poco arriesgados, espero que el año que viene tengamos más material con el que soñar, experimentar y vivir la moda. Y, por qué, no, también patinazos como estos que nos hagan sentir guapas en los días más grises.

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