martes, 9 de febrero de 2010

Desfiles de estrellas II (Segunda Parte: Las peor vestidas en la gala Grammy 2010)

Con este segundo post cierro ya mis propias listas dedicadas a los modelitos que lucieron las celebrities invitadas a la gala de los Grammy 2010. Como la vez anterior, hoy volverán a ser sólo ocho famosas las que ocupen la lista de las peor vestidas, más bien para compensar la otra lista que no por falta de candidatas. Tal y como os dije, cuando decidí finalmente a dedicar dos post a los Grammy (posibilidad que estuve barajando debido a la poca calidad en moda que suele tener esa alfombra roja) tuve que ampliar mi definición de elegancia con tal de poder escoger a las ocho mejor vestidas. Por el contrario, la lista que leéreis a continuación tuve que recortarla, ya que las candidatas al podio de los horrores eran más de ocho y más de diez. Así que aquí la tenéis. Espero que tengáis ganas de ver esta segunda parte del estilo de los Grammy, la cual creo que no tiene desperdicio.

Empezando la lista por la posición más baja encontramos a la exitosa cantante Katy Perry.
Katy Perry arrives at the 52nd annual Grammy Awards in Los Angeles
No sé ni por dónde empezar con este modelo en nude, incrustaciones doradas y cola de Zac Posen. Como soy buena, he escogido una de las fotos en las que la cantante sale más favorecida, pero la verdad es que Katy queda camuflada en este traje, cuyo color nude se camufla entre su piel blanca, dándole un efecto de disfraz de sirena. Es esta misma ausencia de tono del vestido, la que ensancha la forma de su cuerpo, sobre todo en la zona de las caderas. Y es que el vestido de Zac Posen es ideal para cuerpos muy delgados, pero no para Katy que, aunque está delgada, no escogió la mejor opción para resaltar las formas de su anatomía. El mal look acaba de rematarse con una melena suelta con flequillo recto, muy al estilo pin-up que tanto gusta a la artista, pero que, aunque va bien peinada, no conjuga con el resto del atuendo.

La séptima posición es para Beyoncé, una artista cuyo estilo todavía no he logrado captar.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
Con lo guapa y joven que es y lo embutida que va siempre... y luego decimos de Mariah Carey. El vestido de corte sirena de Stephane Rolland no está tan mal, pero no es para el cuerpo de Beyoncé. La cantante parecía incapaz de respirar, embutida en este diseño en color perla con incrustaciones bordadas cuya forma y color ensanchaba sobremanera todo su cuerpo. No me gustan las mangas que, aunque sirven para corregir unos brazos un tanto prominentes, arruinan la gracia del vestido. La forma del escote y el símil de cremallera que baja por el abdomen tampoco son santo de mi devoción, una vez más también debido a la anatomía voluptuosa de Beyoncé, que no se ve nada favorecida con este estilo de vestidos. Por lo demás, me gusta la ausencia de joyas en los brazos y la melena lisa, que le da un aire puro y limpio y no recarga un outfit que ya es bastante barroco debido a los bordados del vestido. Aún así, se equivocó con los pendientes, que puede que fueran de firma, pero a mi se me asemejan más a mercadillo... y del barato.

Precediendo a Beyoncé se encuentra Jennifer Lopez, que parece que ha vuelto a sus inicios de latina sexy y... hortera.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Press Room
El Versace que lució Jennifer en la gala no tiene ninguna explicación; una verdadera pena, con lo bien vestida que iba últimamente y parece que la cantante y actriz ha vuelto a las andadas. El vestido en dos piezas no se aguanta por ningún sitio. Según dicen, su estilista, Roberto Vetica, se inspiró en la década de los setenta para vestir a Jennifer... ¿Qué queréis que os diga? A mi el vestido se me asemeja con mucho menos glamour que el setentero. La túnica en blanco irisado con rombos en plata metálico le da un aire de madame entrada en años que se remata con la parte interior, en forma de minivestido plateado. Por si no fuera poco, Jennifer luce incómoda y embutida en el Versace, que parecía un par de tallas más pequeño que el necesario. Además, la actriz no supo combinarlo nada bien, luciendo una melena leónida más encrespada que peinada y un maquillaje ahumado inspirado en los setenta, sí, pero demasiado abrupto, que sólo conseguía endurecer sus rasgos.

Escalando posiciones, llegamos al número cinco de la mano de Pink.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Press Room

No entiendo por qué siempre llega un día en el que las que van de chicas malas se empeñan en disfrazarse de princesitas. Y es que, cuando has grabado canciones riéndote de Nicole Richie o Paris Hilton, es un poco hipócrita que llegue un día en que te presentes a un acto vestida como ellas. Así pues, con el vestido que lució en los Grammy, Pink estaba más que desfavorecida, luciendo un look artificial e incómodo con este diseño de corte sirena en degradé de grises y negros firmado por Tony Ward. Y es que, aunque el degradado da al modelo un aire revolucionario, el resultado es cargante y barroco, hecho que se acentúa con los bordados en forma de escama que se suceden por todo el traje. Además, las incrustaciones de pedrería del cinturón y el escote dejan entrever un estilo cursi que no pega nada con la imagen de chica dura y rebelde que la cantante siempre ha querido vender de su misma.

En el cuarto puesto se encuentra la modelo canadiense, it-girl del momento, Coco Rocha.
Coco se plantó en la gala con un vestido de la firma de moda que lanzará ella misma dentro de poco; Rococó, nombre bien escogido si toda la colección sigue los pasos de este vestido. La verdad es que suele encantarme el estilo de Coco, que siempre aparece impecable en los backstage de los desfiles, con blazer, vaqueros y maxibolso. Por eso, su presencia en una gala de este tipo podía presagiar que aparecería hecha un pincel. Nada más lejos de la realidad, ya que el vestido de seda en azul y dorado cae por su propio peso. Podría dar por pasable el aire vintage que pretende tener, pero la abertura central no logro entenderla de ningún modo; y menos cuando la parte superior culmina en unas horribles hombreras doradas que le dan al traje un aire de soldado napoleónico. Sólo faltaba culminar el look con un collar gigantesco que no hacía ninguna justicia a la belleza y el estilo del que suele hacer gala Coco. Quizá es que, a veces, más vale que las modelos se dediquen a ser modelos y los diseñadores a ser diseñadores.

Y por fin los tres primeros puestos, cuya tercera posición ocupa la inexplicable Lady Gaga.
Lady GaGa arrives at the 52nd annual Grammy Awards in Los Angeles
No acabo de captar la revolución que ha supuesto Lady Gaga en el mundo de la moda, ni que blogs y revistas alaben continuamente su estilo –me gustaría ver cómo reaccionaría la gente si alguno de los demás mortales nos plantáramos así vestidos en cualquier fiesta–. El vestido que la cantante lució en la gala, firmado por, nada más y nada menos que Giorgio Armani Privé, seguía el designio de su inexplicable estilo entre hortera y futurista. Dicen que el traje rígido y semi-transparente quería simbolizar el sistema solar, razón por la cual la cantante se plantó una ridícula peluca de amarillo chillón. Un conjunto imposible, como imposible era también el cuerpo nude con incrustaciones de pedrería que lució debajo del vestido y que culminaba en unos zapatos con plataforma invertida, también revestidos en pedrería. Resultado: despropósito total.

La posición de la plata es para la cantante española Shaila Dúrcal.
Shaila Durcal arrives at the 52nd annual Grammy Awards
Una española a la que nominan y ella tiene que acudir con esas pintas... No sé quién diseñó el vestido incomprensible que lució Shaila con el que, entiendo, deseaba homenajear las rancheras que caracterizan su música y la de su madre. Pero es que ni es adecuado para el evento, ni le hace ninguna justicia a su belleza. El dos piezas en color morado con grandes y coloridas flores bordadas sería perfecto para cantar las rancheras en sus conciertos, pero no para la entrega de los Grammy. Además, el corpiño no es lo suficientemente ceñido y parace que baile en la cintura de Shaila, lo que todavía da más sensación de desarreglo. Para rematarlo: la cantante se plantó un recogido soso, anticuado y sin gracia que la hacía parecer mucho mayor de lo que es.

Y, para finalizar, la primera posición es, cómo no, para la princesa del pop: Britney Spears.
The 52nd Annual GRAMMY Awards - Arrivals
No lo entiendo. ¿Creía Britney que iba a una fiesta en casa de Hugh Hefner en lugar de a una entrega de premios? Me quedo sin habla cada vez que la veo con este vestido de corpiño boudoir y rejilla superpuesta firmado, increíblemente, por Dolce&Gabbana –¿lo crearían especialmente para ella o está realmente a la venta?–. Ella se lo toma con filosofía y no sólo luce el vestido orgullosa, sinó que lo combina con medias de rejilla y zapato salón con tachuelas incrustadas, para rematar cualquier posible esperanza de elegancia. Me da por pensar que no me creo a los que intentan vender un resurgimiento de la princesa del pop porque, a juzgar por esta imagen, yo la veo más perdida que nunca.

Espero que os haya resultado tan ligero y apasionante como a mí este recorrido por los Grammy 2010, con el que cierro esta etapa de cuatro posts dedicados al estilo de las estrellas en las alfombras rojas del inicio de este año. Sólo, a modo de conclusión, espero que las próximas generaciones del mundo de la música crezcan con una sensibilidad para la moda mayor que la de sus antecesores porque si los Grammy siguen así, me parece que tenemos pasarela hortera para rato.

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