A la cabeza de esta revolución se encuentra la culpable de que yo esté ahora mismo escribiendo este post: Vicky Martín Berrocal. Y aunque algunas ya hayáis puesto el grito en el cielo, lo cierto es que Vicky lleva cuatro años diseñando moda flamenca y revolucionando un mundo que empezaba a apestar a rancio. Su llegada ha aportado a los trajes de flamenca un aire moderno y renovador que nadie antes había sabido darle. Con ello, Vicky por fin encontró su sitio y los que no creían demasiado en ella como diseñadora –influidos por los prejuicios de su vida de mujer de...– han tenido ahora que tragarse sus palabras viendo la calidad de la moda que lleva la firma de Vicky. Así es cómo, lo que empezó en 2006 con la colección Al Alba, dedicada a su hija, culminó la pasada semana en la Semana de la Moda Flamenca de Jerez, donde Vicky presentó su última colección: Sentir.
(La modelo Laura Sánchez, que lleva años siendo la cabeza visible de los desfiles de Vicky Martín Berrocal, posa con un modelo de seda en blanco, en el que destacan los volantes exagerados en la falda y las mangas, dejando el escote y el cuerpo sin adornos ni colores para resaltar así la figura femenina. El escote también desciende y se adorna con exclusiva pedrería de la India)
De nuevo con la modelo Laura Sánchez como musa indiscutible de sus trajes, Sentir mostró el crecimiento de Vicky como profesional de esta rama de la moda, con vestidos puramente trabajados en telas nobles y acabados de lujo. Modelos de flamenca, sí, pero creados por una mujer y para mujeres, lo que demuestra esa tremenda feminidad que desprenden y que los convierte en trajes incluso llevables mucho más allá de las ferias. Precioso el vestido en negro cubierto de paillettes. Aquí la falda pierde el protagonismo que tenía en el anterior para no recargar un conjunto ya muy brillante de por sí, y la manga se alarga para adoptar la forma romántica con volantes en la muñeca.
Me parece también muy bonito este modelo en blanco de inspiración setentera cuyos flecos aportan más movimiento al vestido que, no oblidemos, que está teóricamente pensado para bailar. En esta ocasión pierden protagonismo también las mangas, que quedan libres de adornos y volantes, para dejar en primer plano una falda sin mucho volumen y los flecos.
ole, ole y ole!
ResponderEliminar