sábado, 19 de diciembre de 2009
La vie en rose
Martini ya no es el único que nos propone vivir la vida en rose, sino que ahora también la moda se pinta de rosa. Así que preparaos, porque el tono más ácido de la paleta llega pisando fuerte en su versión fúcsia más subida, para poder adaptarse así a los estilos rockeros y ochenta's que están tan en boga este año. Atrás quedan las edulcoradas versiones rosa palo y bebé, en 2010 este color se suelta la melena para volverse más canalla y sinvergüenza que nunca. Como no, los diseñadores no han tardado a apuntarse a esta tendencia y en la súper exclusiva web de moda de lujo Net a porter (www-net-a-porter.com) ya se pueden admirar (y adquirir quien pueda) diseños firmados por maestros de la alta costura y el prét-à-porter tintados en bonitos tonos fúcsia. Algunos ejemplos son este precioso minivestido strapless de seda de la segunda firma de Marchesa; Notte by Marchesa:
Hervé Leger, con una fuerza increíble después de que Max Azria reactivara esta mítica firma que llevaba ya demasiados años inactiva, también propone uno de sus preciosos vestidos bandage en degradé fúcsia, rojo y negro.Una tendencia que, evidentmente, no se limita sólo a la ropa, sino que llega también a los complementos, donde los bolsos, zapatos, pulseras, guantes y gafas de sol encuentran también su versión rosada, como estas magníficas sandalias de Christian Louboutin.Así pues, las que tuviérais dudas ya podéis despejarlas, porque el fúcsia llega para quedarse. La sensación es tal que hasta las firmas cosméticas lo usan como color básico en las nuevas colecciones de maquillaje. De este modo, el fúcsia deja de ser un tono exclusivo sólo para uñas, labios y mejillas y pasa también al terreno de los párpados, mediante trazados de eyeliner profundos y dramáticos, para enfatizar así la tendencia glam-rock y sustituir al intenso negro en los maquillajes ahumados. En este sentido, para las que, como yo, queráis atreveros ya a maquillar vuestros ojos en intensos fúcsias, la firma MAC cuenta entre sus productos con Eyeshadow, fácilmente difuminable, en Rojo fúcsia; y el Pigment Fuchsia, un polvo con pigmentos de alta concentración a los que soy adicta, que permite aportar un efecto más dramático al ojo o dar un toque de luz concentrado al párpado.
En fin, como podéis observar el rosa llega pisando fuerte. Yo ya he caído en sus redes y no me ha costado nada a decidirme a vivir la vie en rose. Debe ser que soy influenciable, que me entusiasma el aire parisino que destila la canción de Edith Piaf o que me encanta esta nueva tendencia fresca, alegre y positiva. No lo sé, sólo que ya estoy bajo las redes del pink fever. Ya me diréis si os apuntáis, de momento yo os espero con un rosato.
viernes, 4 de diciembre de 2009
Heisei: Aveda por fin en Valencia
En la fotografía de arriba, a la derecha, Héctor Alonso, director de Heisei, con Pierre Bancon, director de Aveda España, el día de la inauguración del salón. Bajo estas líneas, Héctor Alonso posa con su equipo en Heisei.
No es para menos, porque Heisei promete. Su nombre, que en japonés significa bienestar y relajación, nos abre las puertas a un concepto de peluquería diferente, donde nada más entrar, te embriagan los aromas inconfundibles de Aveda y una decoración cálida basada en las líneas rectas, el color plata y los tonos marrones.
Como no podía ser menos tratándose de un salón exclusivo de Aveda, en Heisei cuidan todos los detalles para ser responsables con el medio ambiente, razón por la que, por ejemplo, la iluminación está muy estudiada para garantizar la máxima eficiencia energética, y el reciclaje y la separación de residuos son una máxima más de trabajo en el salón. De este modo, Héctor Alonso, director del salón, brinda a sus clientas un espacio donde prima la moda, pero también el relax y el bienestar. Una delicia, vaya... (que digo yo que Héctor ya podría tener un doble en Barcelona...). Y es que, él, que es hijo de la saga valenciana de peluquería Gemis, sabe de lo que habla, ya que cuenta con más de quince años de experiencia en el sector. Personalmente, recomiendo muchísimo una visita a Heisei, ya que he tenido la suerte de conocer de primera mano muchos de los trabajos realizados por Héctor y su equipo y, os aseguro con rotundidad, que sabe lo que se hace y que, si os ponéis en sus manos, el éxito está asegurado.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Miss vestiditos
Siempre que entro en una tienda voy directa a los vestidos y las camisetas, no lo puedo remediar. Así está mi armario, que cualquier día reventará, repleto de vestiditos de mil formas y colores, y yo sin un vaquero decente que ponerme... (¿por qué será tan complicado y aburrido comprarse pantalones?). Pues bien, el sábado no podía ser de otra manera. Pasé la tarde por el centro con ÉL, el que me aguanta, quien paseó conmigo por todo el mercadillo vintage de la calle Riera Baixa de mi mano sin rechistar. Después de recargar las pilas con una cervecita en El Jardí, todavía tuvo ganas de acompañarme hasta la calle Portaferrissa y echar un vistazo a la línea Divided de H&M, que me encanta. Y ahí estaba el vestido, nada más entrar, mirándome desde el escaparate. Y aunque ÉL me dijo que le gustaba más la versión en verde botella, yo no podía quitar los ojos de la estampada con flores (que, ¡además estaba rebajado!). Como una flecha, fui directa hacía el probador y en un plis, ahí estaba yo... cómo no, con otro vestido para mi colección. Salí del probador más contenta que cuando, de niña, conseguía arrancarle una Barbie a mi madre. Ya tenía la prenda perfecta para ésa noche, además, regalo de ÉL. ¡El resultado me encanta! La verdad es que sí, otro vestido para inflar mi armario, pero... ¡juzgad vosotras mismas el resultado y ya me diréis qué os parece!
(se me olvidó mencionar que el título del post es para mi amiga Marta, recordando ese primer encuentro que tuvimos hace ya casi dos años en que no nos caímos demasiado bien porque yo sólo hablaba de zapatitos y vestiditos! :D)
martes, 1 de diciembre de 2009
Tras los pasos de Blake Lively
Una de ellas, y aunque me pese por sus sólo 22 añitos, es Blake Lively, esa tremenda Serena Van Der Woodsen de Gossip Girl. Y aunque la serie nunca acabó de engancharme, seguramente debido a los maltratos de horarios y pausas publicitarias constantes a los que se vio sometida en AXN (que me hastiaron hasta que dejé de verla), desde el primer capítulo supe que nunca estaría del bando de Blair Waldorf. No niego ni pongo en duda que Leighton Meester es guapa y sus mil trapitos de firma ya los quisiera yo en mi armario, pero, la verdad, su aspecto y su estilo me dejan bastante fría. Esa manera suya de combinar los modelitos nunca acaba de convencerme, como la vez que la vi en las páginas de InStyle destrozando un modelo del mismísimo Marc Jacobs para Louis Vuitton. Hay algo en su estilo que nunca acaba de gustarme, por el contrario, sí podría autodenominarme embajadora del estilo de Blake Lively.
Ella es otro cantar: además de guapa, es estilosa, y con ese aire de eterna chica bien y ese gran parecido a Kate Hudson, Blake lo tiene todo para ser la novia de América del siglo XXI. Además, de eso, gracias a la serie y a su carisma y olfato para estar perfecta tanto en las ocasiones casual como en las alfombras rojas, Blake es hoy en día una de las musas fashion del momento cuyo estilo ha traspasado múltiples fronteras, convirtiéndose en uno de los más imitados del momento. Su secreto, aunque suene a tópico, es la coordinación en el conjunto. Fijáros en ella, nunca deja ningún cabo sin atar. Su estilo, basado en las posibilidades de su cuerpo, como sus largas piernas o su bonito escote, siempre está acorde con sus complementos, su peinado, su maquillaje... Para Blake no sólo es importante la ropa, en su estilo toman muchísima importancia el bolso, los zapatos, las joyas y, sobretodo, el pelo, por lo que siempre adapta su bonita melena rubia a su estilo, ya sea mediante tenacillas, recogidos o lisos con ondas. Algo que muchas veces deberíamos tener más en cuenta, ya que un look perfecto siempre puede estropearse por un mal peinado.
No hay duda, pues, que el estilo de Blake me entusiasma. Para el día, su apuesta suele basarse en un rollito boho trendy (muy parecido al que exige su papel de pija rebelde en Gossip Girl, pero un poco más casual) en el que nunca faltan los vaqueros y leggins pitillo, los shorts de infarto, las faldas mini, los vestidos de flores con corpiño, las chaquetas ajustadas y algún it-bag impactante de firma, normalmente versiones del clásico y mítico 2,55 de Chanel.
Al caer la noche, Blake pule todavía más su estilo, convirtiéndose en la reina de la fiesta y en el centro de todas las miradas, algo que no deja de sorprenderme debido a su juventud. Siempre parece tenerlo todo bajo control, y sus apuestas de noche así lo confirman. Suele decantarse por vestidos híper minis que alargan todavía más sus piernas o bien por escotes de vértigo en V, ya sea en el pecho o en la espalda, siempre destacando y equilibrando una parte o la otra de la anatomía para no recargar el conjunto final.
La cuestión es no dejar indiferente a nadie y no hay duda de que los looks nocturnos de Blake siempre son un gran acierto, razón por la que ya lleva tiempo colándose en las listas de las mejor vestidas de la revistas de moda. Además de eso, hay que destacar también el buen ojo de la actriz para lanzarse a llevar vestidos extremados que quizá otras nunca se pondrían, un hecho que renueva los estilos de noche a los que estamos ya tan acostumbradas y que da un soplo de aire fresco a las red carpets hollywoodienses. Un ejemplo, un precioso minivestido negro firmado por Victoria Beckham con solapas delanteras y de aires ochenteros que Blake llevó recientemente a un acto nocturno en Nueva York y que combinó con zapato salón azul noche. Un vestido que ahora es la envidia de todas las celebrities.
En fin, ¿qué más puedo decir? Un estilo fresco, elegante y atrevido que, personalmente, me encanta. Y poco más, sólo que ya no hay duda; para mí, a partir de ahora, el estilo también se escribe con B. La de Blake.
viernes, 27 de noviembre de 2009
¡Nueva cara!
lunes, 23 de noviembre de 2009
Dime cómo hueles...
Los que me conocéis desde seguro que ya os habéis preguntado cómo es posible que todavía no haya dedicado ningún post del blog a una de mis grandes pasiones: los perfumes. Pues hoy he decidido ponerme manos a la obra y dedicar mi nuevo post a mi locura por los aromas, que viene de lejos, no vayáis a pensar. Mi amiga Laia puede atestiguar que, con sólo 10 o 11 años, cada vez que iba a su casa aprovechaba para robarle una gotitas al maravilloso frasco de Poison de Christian Dior que su madre guardaba en el baño. Yo, una mocosa adicta ya a los aromas fuertes y con presencia, volvía a mi casa bañada en olor a mujer; de la misma manera que, si mi madre se despistaba, aprovechaba para echar mano a su bote de LouLou de Cacharel. Algo que ella nunca entendía cuando me encontraba bañada en ese aura tan fuerte que ni ella usaba a diario, pero que yo adoraba con locura. Como podéis figuraros, mi pasión es antigua y, con los años, no ha hecho más que acrecentarse.
No puedo remediarlo, los aromas me fascinan. En el trabajo no hay día en que no huela profundamente cada producto que llega a la redacción, y cualquier cosmético, por muy bueno que sea, es imposible que entre en mi tocador si su olor no me convence. Mi vida se rige por los perfumes, puedo situar épocas, años y situaciones sólo con recordar un aroma. Recuerdo los primeros días en que empecé a sentir más que amistad por el que me aguanta en casa, y fue precisamente su olor uno de sus encantos que más me pertubaba. Esta locura mía por los aromas me lleva a atesorar varios botes de perfumes en mi tocador, aunque no cualquier cosa, cada uno es especial. Y es que perfumarse es un ritual, quizá el más antiguo de la historia de la belleza. Nuestros antepasados egipcios, griegos y romanos ya lo hacían a base de ungüentos que preparaban con mezclas de flores. Lo que empezó siendo un símbolo de distinción entre las clases sociales pudientes, es hoy un paso de belleza esencial que define nuestra personalidad a través del aroma, de ahí la importancia entre la convergencia ideal del perfume y nuestra piel. Y, aunque se acerca Navidad y las grandes superfícies inundan nuestras glándulas olfativas con una multitud de opciones cada vez más creciente, no hay que precipitarse a la hora de elegir el perfume perfecto, aquel que congenía y que se funde con la piel volviéndose una parte más de nuestro yo. Lo ideal a la hora de escoger el perfume que mejor nos conviene, es rociar el dorso de la muñeca con dos o tres pulsaciones y esperar un mínimo de cinco minutos antes de decidirnos. Además, es muy recomendable no probar más de tres perfumes a la vez, ya que cuando el número es superior, la nariz se satura y los aromas dejan de ser fieles a la realidad.
A la hora de elegir, las posibilidades cada vez son más amplias ya que, como toda la cosmética en general, la perfumería también ha evolucionado a un ritmo de vértigo. Los más típicos son los aromas verdes, como los cítricos y los frutales, muy frescos e ideales para las que no toleréis los olores cargados y penetrantes; los florales, como el jazmín, la violeta o la rosa, que suelen ser más fuertes y pueden resultar pesados para algunos olfatos; y los orientales, como el ámbar, la vainilla o el pachulí, olores místicos y bastante densos que, para mí gusto, son muy recomendables para ocasiones especiales o para la noche. Si me permitís una aportación en cada grupo, como aroma verde os recomiendo Eau d'Adrien, un clásico niche (perfumes muy exclusivos cuya fabricación sigue cánones de muy alta calidad y tradición y que sólo pueden encontrarse en perfumerías selectas y seleccionadas) de Annick Goutal, que mezcla el cedro con la mandarina y el limón de Sicila, para obtener un aroma fresco pero a la vez perdurable. Si preferís las fragancias florales, no dejéis perder Miss Dior Chérie de Christian Dior (¡uno de mis indispensables!) que mezcla la violeta con el jazmín rosa, la fresa silvestre y... sí! las palomitas de maíz, para resultar en una fragancia alegre, dulce y un tanto penetrante. Dentro de este grupo, a las amantes de las flores os recomiendo la novedad de Yves Saint Laurent, Parisienne, con base de rosas y violetas y un final fresco y chispeante que la vuelve irresistible. Y si lo que buscáis es dejar huella, tenéis clásicos de base oriental como Armani Code, que mezcla la miel con la vainilla de Madagascar y la flor de azahar.
Para los hombres, debéis saber que cada vez se están imponiendo más las notas florales sobre las amaderadas, por lo que no es extraño que en ciertos perfumes masculinos imperen notas dulces, como es el caso de Amen, la versión masculina de Angel creada por Thierry Mugler que en su composición tiene notas amaderadas, pero también patchulí y almizcle. Aunque para los (o las) que, como yo, prefiráis los olores masculinos más secos y con toques de madera, no dejéis de probar Égoiste Platinum de Chanel, todo un placer para los sentidos a base de cedro, madera de sándalo, cilantro, madera de rosa y bergamota.
Una pequeña aportación de opinión en un mundo tan personal y fascinante como es de los perfumes. Explorad con los aromas o manteneos firmes a aquella fragancia que tanto os define. Ya sabéis: dime cómo hueles y te diré cómo eres...
martes, 17 de noviembre de 2009
A examen: Beautyblender
Hoy le toca abrir la caja de los truenos al revolucionario utensilio de maquillaje Beautyblender, una innovadora esponja aplicadora a la que vislumbro un gran futuro, sobre todo para las que, como una servidora, tiramos de maquillaje a diario. Muchas de vosotras estaréis de acuerdo conmigo en lo verdaderamente incómodas que pueden llegar a convertirse según que esponjas. Yo, que llevo muchos años maquillándome cada día, hace tiempo que opté por aplicarme la base con los dedos, harta de las esponjitas de maquillaje convencionales que había probado, que solían chupar mucho producto y no me dejaban en la piel el efecto buscado. Pero según he podido constatar con Beautyblender puedo afirmar que cuando me la describieron como uno de los secretos de las estrellas de Hollywood, no me mentían. Esta pequeña esponja aplicadora fue creada por Rea Ann Silva y Veronica Lorenz, dos make up artists de las estrellas que, insatisfechas con los resultados obtenidos con las esponjas tradicionales o los dedos, decidieron ponerse manos a la obra y crear un producto totalmente nuevo, hecho a la medida de sus sueños y deseos. El resultado es una esponjita de maquillaje totalmente diferente a las demás, que llega a España de la mano de la distribuidora 2ArtBeauty –que capitanea Jorge Martín, con quien tuve el placer de coincidir laboralmente y que ahora, con los deberes hechos y con un desarrollado olfato por la cosmética y los utensilios de belleza de lujo, desde su propia empresa nos deleita con aportaciones tan exclusivas como ésta–.
Sólo la apariencia de Beautyblender ya dista de todo lo visto anteriormente. Su diseño elíptico en un potente color rosa, no tiene ni bordes ni aristas, de modo que al aplicar el producto no se producen las tan antiestéticas líneas, rayas o arrugas que pueden provocar las demás esponjas. Además, es muy agradable al tacto, ya que no contiene látex, y es totalmente inodora e hipoalergénica, por lo que puede usarse en cualquier tipo de piel y conseguir un efecto perfecto.
Como habéis podido constatar al principio de mi post, mi aprensión a las esponjas de maquillaje tiene ya muchos años. Pues bien, con Beautyblender conseguí extender mi maquillaje muy fácilmente con un resultado bien repartido y en su justa medida, sin provocar ningún tipo de efecto máscara ni desperdiciar producto en la esponja. Aunque puede usarse tanto seca como mojada, yo preferí la segunda opción, ya que aporta más suavidad a la piel a la hora de aplicar el producto y los resultados son mejores porque se duplica su tamaño. Además, para mí el punto fuerte de Beautyblender es que, a diferencia de las esponjas tradicionales, puedes usarla para aplicar todo tipo de maquillaje además de la base, como el corrector, el colorete, la sombra o incluso los polvos y el maquillaje compacto. Sin duda, todo un descubrimiento al que seguramente ya no le faltará un sitio en mi tocador.
Para las que os animéis a probar Beautyblender, podéis encontrarla sola por 19,50 euros o bien en el Starter Kit (36 euros), que incluye la esponja y Blendercleanser, un limpiador específico para limpiarla con un delicioso y relajante olor a lavanda y totalmente libre de ingredientes irritantes y tintes. Las expertas en maquillaje, podéis aprovechar Beautycleanser y limpiar con él también vuestras brochas y pinceles de maquillaje para alargar así la vida de estos utensilios.
Y aquí tenéis mi primera opinión cosmética, espero que os anime a probar nuevos lanzamientos. Yo, desde aquí, espero vuestros comentarios sobre los resultados, que sólo deseo que sean tan satisfactorios como los míos. Palabra de beauty addict.
viernes, 13 de noviembre de 2009
La hora de Jimmy
Y es que la cosa promete. Hace poco leí en InStyle una entrevista a la poderosa y omnipresente Tamara Mellon en la que afirmaba que ella misma y Margareta Van Der Bosch, asesora creativa de H&M, habían decidido basar la colección en el rock, el glamour y la sensualidad, con tal de atrapar así al público más joven que visita normalmente las tiendas de H&M. Así pues, en esta colección, Jimmy Choo se libra de las cadenas que a veces puede imponer la moda de lujo, para soltarse la melena en H&M con una colección de botas, zapatos, bolsos y vestidos donde los brillantes, las tachuelas y los colores potentes como el rojo y el azul klein adquieren un gran protagonismo; eso sí, sin perder nunca de vista la elegancia y estilo, dos claves que siempre han formado parte de la filosofía de marca de Jimmy Choo. En definitiva, prendas de lujo para una mujer libre, coqueta, independiente y moderna que adora la moda. Además, la cosa no acaba ahí porque esta vez los hombres más trendy también podrán gozar de la alianza del lujo con el mass market y adquirir su prenda Jimmy Choo, ya que la colección incluye también línea masculina en la que destacan las chaquetas de cuero, los bolsos de piel, los jerseys de lana y las camisas de seda.
La verdad es que no sé vosotros, pero yo ya tengo ganas de poder palpar con mis propias manos esta sonada colección, que sólo podrá encontrarse en 12 tiendas que H&M ha seleccionado en España, entre las que se encuentran la de Passeig de Gràcia, 9 y Portal de l'Àngel, 9 (Barcelona), Colón, 34 (Valencia), Goya, 81 y Gran Vía, 37 (Madrid). Hasta que no llegue mañana, desde aquí os hago una pequeña aportación de las prendas que más me han gustado de lo poco que he podido ver de Jimmy Choo for H&M, para que así podáis ir abriendo boca hasta mañana y ver que la cosa no pinta nada, pero que nada, mal.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Buscando en el baúl de los recuerdos...
Para los que todavía estéis pensando que hablo sólo de ropa de segunda mano al estilo de tiendas como Humana os equivocáis. El vintage va más allá; es moda, historia y hasta es obra de arte. En una buena tienda o mercadillo vintage se puede llegar a encontrar un auténtico bolso de Dior de los años setenta por 200 euros o unos zapatos de Yves Saint Laurent por 80. Así pues, el vintage va de esto, de buscar por la historia de la moda y rescatar los trabajos de grandes diseñadores – desde la época de los años veinte hasta los ochenta, como YSL, Paul Poiret, Elsa Schiaparelli, Versace o Madeleine Vionnet sólo por poner ejemplos– y escoger qué prendas encajan mejor en nuestro estilo. Muchas de las celebrities actuales ya han caído rendidas a sus pies y no es extraño ver en los cocktails, fiestas, red carpets y saraos de lo más exclusivos a Chloë Sevigny, Evan Rachel Wood, Kate Moss o Kirsten Dunst vestidas de alta costura vintage.
Es por esta razón que los propietarios de las tiendas vintage más exclusivas y cool de Nueva York, Londres, París, Los Ángeles, Madrid y Barcelona están más que acostumbrados a tener a varias celebs entre sus clientas más fieles. Por eso guardan tan celosamente las fuentes que les permiten nutrir sus estantes con verdaderos tesoros de la historia de la moda, aunque la mayoría de estos especialistas consiguen las prendas viajando alrededor del mundo y rastreando mercadillos, subastas o armarios de antiguas señoras bienestantes venidas a menos con los años. Sólo así consiguen llenar sus tiendas con pequeños tesoros de la moda, como un broche surrealista de Elsa Schiaparelli o un auténtico esmoquín YSL de los setenta.
Como véis, los que améis la moda como yo encontraréis en el vintage un modo aprender sobre la historia de la moda a través de vuestro estilo. Dedicarse a encontrar buenas prendas vintage requiere paciencia, predisposición y sobre todo, amor por la ropa y por los tesoros de otras épocas. Si os animáis, los que residáis en Barcelona no podéis dejar de pasear alguna tarde por Riera Baixa, una estrecha y pequeña calle repleta de tiendas vintage en ambos lados. Una calle donde, además, cada sábado se monta un mercadillo desde la mañana hasta la tarde en el que se pueden encontrar verdaderas gangas. Si queréis un estilo más refinado, debéis visitar Le Swing (Notariat, 3), una delicia desde su decoración hasta la ropa que venden, donde se hallan auténticas piezas de Dolce&Gabbana, Versace, Emanuel Ungaro o Hermès. Cerca de Le Swing, se sitúa la majestuosa HoLala Plaza (Plaça de Castilla, 2) donde, además de ropa, también venden mobiliario y libros antiguos. Aquí las prendas están clasificadas por décadas y cada etiqueta indica su procedencia, además, si buscáis bien entre los estantes es posible que encontréis alguna joya, como la vez que yo me topé con un estupendo vestido de cocktail de Emanuel Ungaro. También en Barcelona, pero esta vez en el encantador barrio de Gràcia, no podéis dejar escapar una visita a Gallery (Torrent de l'Olla, 117) para encontrar piezas increíbles. Los shoppers vintage más viajeros tenéis paradas obligadas en el famoso Mercado de las Pulgas de París, y de Berlín no podéis iros sin visitar Colors (Bergmannstrasse, 102) o Garage (Ahornstrasse, 2) dos grandiosas tiendas vintage donde la ropa se vende a 13,99 euros el kilo y donde también disponen de una selección muy cuidada de prendas a precio fijo. Los experimentados en vintage que ya sepan dislumbrar lo bueno entre la multitud pueden lanzarse al mundo de la venta online, en el que destacan tiendas muy valorables como la excelente www.poshgirlvintage.com o, una de mis favoritas, Charmed Vintage (http://www.etsy.com/shop/charmedvintagebcn) que cuenta con estupendas maravillas que van desde la década de los cuarenta hasta los años noventa. Así que, no lo dudéis y animaros a palpar las décadas de la moda a través de sus prendas. Ya me contaréis el resultado.
(Nota: Si los componentes de Sin Sentido leyéis el post por casualidad, espero que, ante mi amor por el vintage, cedáis ante mi empeño de hacerme con esa preciosa butaca roja que tenéis en el local y que ¡grita mi nombre cada vez que voy a veros!)
lunes, 9 de noviembre de 2009
Verde que te quiero verde
Es por eso que aprovecho este momento de tranquilidad y, mientras me tomo un rico té verde que calma un poco los efectos de mi perenne resfriado otoñal que, estoy segura, se alargará durante casi todo el invierno, he decidido hablaros de un tema que me vuelve loca: la cosmética ecológica. Aunque mis amigos suelan tacharme de repelente por que me encantan las tiendas orgánicas, el tofu y los supermercados Veritas, como buena adicta a la cosmética, no puedo dejar de aplaudir las iniciativas de las firmas de belleza que procuran que su actividad impacte del menor modo posible en el medio ambiente. Además, y aunque a muchos escépticos estos actos les parezcan una tontería, el uso de productos químicos y sintéticos en la cosmética también ha disparado el número de personas alérgicas a estos componentes creados de forma artificial. Así que yo no lo dudo y me sumo a la belleza verde, ya sea tanto por el bien de la salud del planeta como por la de mi piel, que también lo vale. ¡Y mucho!
Así pues, cada vez son más la marcas de belleza que contribuyen a mejorar la situación del medio ambiente con la fabricación de productos 100% naturales cuyas materias primas provienen de la agricultura ecológica. Y ahora viene el momento que más me duele, por el hecho de tener que desvelaros el nombre de la marca mágica que, en muy poco tiempo, se ha convertido en uno de mis secretos de belleza más bien guardado, una de mis marcas favoritas y, además, 100% responsable: Aveda. Una firma de filosofía natural cuyos productos sólo pueden adquirise en el Centro Aveda de Madrid y en los salones de peluquería y belleza asociados de la firma que pueden encontrarse por toda España, y entre los cuales destaco Le Salon, en Barcelona y Heisei, en Valencia. En su oferta, Aveda cuenta con velas, perfumes y productos de maquillaje y para el cuidado de la piel y el cabello (indispensable la línea Dry Remedy para tratar el encrespamiento del cabello seco y los maravillosos sprays chakras que estimulan el bienestar del cuerpo y la mente) formulados estrictamente a base de plantas orgánicas y productos totalmente naturales. Pero aún hay más, porque la filosofía de esta compañía americana nacida en 1978 va mucho más allá de las materias primas naturales, y es que su producción sólo se abastece de la energía eólica, el 80% de sus envases provienen de materiales reciclados y desde 1999 impulsa la Campaña del Mes de la Tierra que recauda fondos de la venta de sus productos para destinarlos a causas sociales y medioambientales. Evidentemente, sus productos son de una calidad altísima e intachable y sus fragancias frescas, verdes y terrenales; así que ¿alguien necesita más argumentos para lanzarse a probar Aveda y comprobar sus resultados?
A parte de Aveda, otra de mis marcas fetiche en cosmética natural es Alqvimia, una firma que rescata la manera de hacer de los antiguos alquimistas y perfumistas artesanales. Basándose en la cosmética natural y en las materias más puras, Alqvimia crea unos productos de un lujo exquisito para conseguir el verdadero equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Productos faciales, corporales y de tratamiento spa entre los que destaco el Aceite Reafirmante Corporal, la loción facial Agua de Rosas y la emulsión desmaquillante Ylang Ylang, todos capaces de convertir mis experiencias de belleza caseras en una auténtica delicia para los sentidos gracias a sus texturas, aromas y resultados. Si os animáis a probarla, los productos Alqvimia están disponibles en perfumerías selectivas y en los Alqvimia Beauty Spaces (en Barcelona podéis encontrarles en Rambla Catalunya, 24).
En definitiva, dos opciones más que notables para cuidar nuestra piel a la vez que cuidamos también el medio ambiente. Y es que, por mucho que se diga, no es tan difícil contribuir minímamente a mejorar el planeta, y si además puede hacerse cuidando nuestro aspecto y mejorando nuestra piel, la recompensa por el esfuerzo es doble. Así que, hacedme caso y no espéreis más para volveros un poquito más verdes con estas lujosas propuestas de cosmética ecológica. Vuestra piel y la Tierra nunca estarán más agradecidas.
martes, 6 de octubre de 2009
¡Viva el rock!
Tachuelas, paillettes, brillos, camisas de cuadros, cuero, plumas, chaquetas estilo jinete. Todo está permitido y lo mejor: todo es mezclable. Y aunque el que me aguanta en casa me asustó advirtiéndome que todas estas nuevas tendencias que tanto adoro toman muchas influencia del horrendo look del desaparecido Rey del Pop, la verdad es que yo en lugar de pop veo mucho rock, ochentero, sí, pero rock al fin y al cabo. Así pues, este año la música es la reina de la pasarela y también de la moda de consumo, es decir, la más apta para la mayoría de mortales. Un ejemplo es la nueva colección de la cadena catalana Mango, que apuesta por toques rock, folk y glam en su última colección, que materializa la bella Scarlett Johansson quien, según la firma, encarna a la perfección los valores de mujer urbana, emprendedora y atrevida que Mango desea transmitir. Una colección en la que el negro, las plumas, el vinilo, las lentejuelas, el leopardo y los hombros bien marcados son las premisas principales.
Desde Topshop, la última propuesta de Kate Moss como diseñadora bebe de las mismas fuentes. Mucho abrigo de pelo, medias rasgadas y tachuelas, bases a las que la modelo añade ajustados y sexys vestidos en clave boudoir, un guiño a mi querida Dita Von Teesee, que nos advierte que hasta la lencería se permite salir de debajo de la blusa. En Inditex, las tiendas del poderoso Amancio Ortega siguen la misma tendencia, sobretodo la línea Trafaluc, en Zara, y Stradivarius, donde marcan tendencia los jeans híper lavados a la piedra, los abultados abrigos de piel (que suelen ceñirse a la cintura con maxicinturones), los leggins de lentejuelas, las faldas de tubo en versión cuero o con múltiples cremalleras, las camisetas con prints rockeros y las camisas estilo leñador.
Para rematar el look, las chaquetas cruzadas, que tanto me recuerdan a las que vestía mi hermano en los ochenta, cuando llevaba greñas y él mismo se autoproclamada heavy, vuelven también en su clave más trendy. Y en los pies, los botines (con falda, vestidos, vaqueros o leggins) siguen siendo la opción más in, aunque esta vez se visten con tachuelas para que de la cabeza a los pies, caminemos pisando fuerte, seguras y desmelenadas, gritando: ¡El rock ha vuelto! !Viva el rock!
(Nota: sé que, entre otros, si mi amigo Pau lee el post estará encantado con las fotos de Scarlett, así que ahí van, que está guapísima!)
Fuente fotos: Mango
martes, 1 de septiembre de 2009
Sport&Style
Y fue entre gol y gol del Barça cuando empecé a preguntarme por el desencadentante de esta relación entre moda y deporte o mejor, entre moda y deportistas. Llegué entonces a la conclusión que la culpa fue suya sin lugar a dudas; de ese dios dorado del fútbol, el más bello, estilizado y preciado; David Beckham: el culpable de la conversión de los deportistas en celebrities. Antes de él, el deporte era deporte y la moda era moda.
Fue su llegada la que empezó a tambalear los cimientos de la tradición. Según comentan, la verdadera culpa fue de su mujer, la entonces spice girl y ahora fashion victim, Victoria Beckham, mujer siempre pendiente de las últimas tendencias, que convirtió a su marido en un sex symbol que los diseñadores no tardaron en disputarse para sus campañas de publicidad. El futbolista ha llegado a tener tantos contratos publicitarios con firmas de moda, entre ellas Armani, que cuando llegó al Real Madrid, nadie dudaba en afirmar que, más que el fútbol, la gran fuente de sus ingresos era la publicidad de moda. Y es que si cuando David y Victoria se conocieron, él no era más que un futbolista escaso en gusto cuya especialidad era chutar faltas a portería, su boda con Victoria lo convirtió en un adicto a las tendencias, a imagen y semejanza de su señora esposa. Y fue así, amén de su estilo moderno, sus peinados rompedores y sus sexys tatuajes, que con el nacimiento de ese David D.V. (después de Victoria) que el deporte se hizo moda. Hoy, el estilo de David Beckham (aunque demasiado estudiado para mi gusto) es de los más copiados en todo el mundo, un hecho que le ha reportado miles de dólares, contratos publicitarios y muchísima fama.
Y fue el caso de Beckham el que abrió la brecha para que los deportistas expresaran su gusto en moda y, además, pudieran sacar provecho monetario del tema. Actualmente, no hay sarao del mundo del deporte que no sea una auténtica pasarela de moda, a veces con más estilo que otras. Pensaba yo en estas tribulaciones mientras recordaba lo estilosos que aparecen hoy los futbolistas el día de su presentación en unnuevo equipo. Ahí estaba impecable y híper atractivo mi amado Thierry Henry cuando se hizo público su fichaje con el Barcelona, con un chaleco gris y corbata y su estilo tan british, gracias al cual consiguió erigirse como el hombre más sexy de Gran Bretaña en el 2007. Es evidente que a él, como a la mayoría, también le gusta la moda.
Hoy, a los deportistas no les basta con triunfar en su disciplina, sino que también deben ser coquetos y estilosos con tal de poder conseguir ingresos extra. De ahí que casi todos los deportistas triunfadores cuenten con contratos de publicidad en moda millonarios. Ahí están los casos del futbolista sueco Freddie Ljunberg como imagen de Calvin Klein o Maria Sharapova con Lacoste. Y cuando se acaba el Barça y estoy contenta porque volvemos a ganar, llego a la conclusión de que lo que se lleva hoy entre los deportistas en general y los futbolistas en particular es ser coqueto, moderno y no esconderse. Porque está claro que hoy en día en el deporte o eres fashion o no eres nadie.
(Nota: Pido disculpas por no haber colgado una foto de la presentación de Thierry Henry. Aunque lo he intentado me ha sido imposible encontrar alguna en la que no fuera vestido con la equipación del Barcelona)
lunes, 31 de agosto de 2009
Vuelta a la pastilla de jabón
Vuelve septiembre; la reentré, la vuelta al cole, al trabajo, al quéhacer en general. Y aunque me confieso un poquito harta del calor que este verano está asando Barcelona, la verdad es que no tengo ganas de volver a la normalidad. Mi trabajo y mi casa me encantan, pero detesto el estrés que viste la ciudad durante el invierno. Por eso, desde aquí reclamo el placer de recuperar el hábito de perder un poquito el tiempo, de dedicarnos más minutos, de mimarnos y cuidarnos. Yo, que soy una adicta a la cosmética, he decidido ponerme manos a la obra desde hoy mismo y ponerme verde (¡ecológicamente hablando!) recuperando esas tradiciones cosméticas más naturales que llevaban demasiado tiempo perdidas. Como la pastilla de jabón, un producto que parece tan antiguo pero que ahora es uno de los más in de las fans de la cosmética eco. Y yo, que ya adoro el vintage en la ropa, no he podido resistirme a rendirme ante las tradiciones más antiguas de la cosmética, en esta época nuestra tan reinada por el botox y la cosmética química. Será verdad eso de que todo vuelve. Y es que el tradicional jabón en barra ya fue el cosmético más preciado de nuestras abuelas, ese producto indispensable en cualquier tocador mínimamente decente. ¿Quién les iba a decir a ellas que su amado tesoro de belleza estaria tantos años relegado a la tierra del olvido, en pro de los geles de ducha líquidos tan ahorradores de tiempo?
Por fortuna, hoy podemos gritar bien alto que el jabón en barra está viviendo una segunda edad dorada, gracias a la cantidad de artesanos jaboneros que han rescatado el testigo de sus antiguos homólogos, recuperando sus fórmulas magistrales para crear productos adaptados al siglo XXI. Los hay para todos los gustos y de todos los tamaños, olores y colores. Exfoliantes, nutrientes, hidratantes, afrodisíacos, contra el acné, para piel sensible... ¡el abanico es tan amplio que hasta cuesta decidirse!
Desde mi pequeña opinión os recomiendo dos templos únicos del jabón. Por un lado es imprescindible darse una vuelta por Enjabonarte (http://www.enjabonarte.es/), una empresa que lleva ya diez años en el mundo de la cosmética natural y que cuenta con tiendas por todo el territorio español. Su éxito no es casual, ya que en Enjabonarte los jabones se fabrican poco a poco, a fuego lento y con mucha paciencia para obtener los mejores resultados. Imposible perderse el jabón mediterráneo con sales del mar muerto o el afrodisíaco de canela, dos opciones para disfrutar de momentos inolvidables.
Otro must en cosmética tradicional es la cadena Lush (http://www.lushspain.com/), que dispone de varias tiendas en todo el globo. Lush está pensada para el disfrute de las auténticas amantes del jabón en todas sus vertientes, ya que, en sus tiendas se lleva al extremo este producto. Junto a las tradicionales pastillas en barra, en Lush también es posible encontrar jabón en gelatina (que se vuelve espuma cuando entra en contacto con el agua), polvos perfumados, mantequillas corporales o bombas esfervescentes para el baño. Mis favoritos: el jabón Bahía, con arena y limón refrescante para limar las durezas de la piel, y el delicioso jabón hidratante Cocoloco. Para las más estresadas, Lush también ofrece productos para el baño y la ducha en versión líquida.
Es innegable que la tradición ha vuelto. Afortunadamante, la cosmética natural nos abre a las adictas a la belleza un nuevo y ancestral abanico de posibilidades para sumergirnos en un universo de barras de jabón. Un mundo de mil colores, donde los aromas, la espuma y la burbujas son una fuente inagotable de placer y relax al alcance de nuestra mano.
viernes, 28 de agosto de 2009
Las it-girls de The City
Así que tengo que asumirlo: ya he caído en las redes de The City. Antes de lamentarme prefiero aprender de sus protagonistas, auténticas it-girls de la Gran Manzana. En The City el glamour se destila por cada uno de sus fotogramas, por lo que es evidente que sus protagonistas no podían ser menos. Por un lado tenemos a Olivia Palermo, hija de un hombre de negocios de Connecticut e imprescindible en cualquier sarao neoyorquino que se precie. Olivia es guapa y tiene ese aura con la que muy pocas mujeres gozan de manera innata: el estilo. Palermo suele lucir en sus vestidos cortes normalmente clásicos e impecables.
Aunque a veces se permite algunas licencias trendy en sus estilismos más conservadores, como un clutch en colores vivos, un blazer de lentejuelas, una falda de plumas o una capa de pieles.
Con un cabello y un maquillaje siempre impecables, Olivia Palermo es la viva imagen del triunfo del sueño americano que se respira en los Hamptons neoyorquinos; una joven guapa, estilosa y un tanto déspota (como muestra sin reparos en The City, aunque habría que ver si se comporta igual cuando las cámaras de la MTV se funden en negro) que, según las malas lenguas del mundo de la moda, inspiró a los guionistas de Gossip Girl para crear el personaje de la malcriada Blair Waldorf.
Al otro extremo, con un corte menos clásico pero igual de estiloso, se encuentra la gran protagonista de The City: Whitney Port, quien ya fue protagonista en The Hills hasta que la MTV la premió con un spin-off. El armario de Port suele componerse de minivestidos y taconazos (todos de firma, evidentemente) que son perfectos para sus largas piernas.
A diferencia de Olivia, Whitney sí permite un toque más canalla a su estilo, a base de chaquetas de cuero, diademas hippies o gorritos estilo borsalino. Licencias que le aportan un aspecto más trendy y, por qué no, más fresco y desenfadado que conjuga a la perfección con el rollo bohemio de su novio, el guapísimo músico Jay Lyon.Verlos pasear juntos por las grandes avenidas de Nueva York destilando ese rollo boho-chic que tanto me encanta, hace que me pregunte qué he hecho yo para no estar en The City.
Supongo que todo es cuestión de suerte... y, hasta que no llegue mi turno en la Gran Manzana, de momento me conformo con seguir sus estilos impecables y siempre tan chic a través de mi pequeña pantalla. Y aunque ya sé que ni H&M es Diane Von Fustenberg ni Barcelona es Nueva York, me quedo con inspirarme con algunos de sus estilos y sentirme también yo una it-girl in the city.
Confesiones de una adicta a la moda
Aún así, llega un punto en que no se puede negar la evidencia. Y es que, como todas las adicciones, con el paso de los años la mía ha ido tomando vida y creciendo sin retorno. Cada vez son más las revistas que pueblan mi mesita de noche mes a mes (más allá de la simple deformación profesional, supongo...), con sus tips y consejos tan propios y únicos en cada una de ellas. Cada vez es más la ropa que hincha día a día mi armario; vestidos boho, prendas encontradas durante largas tardes rastreando boutiques vintage por las calles de Barcelona, jeans multicolor y montones de camisetas; sin dejar de lado los bolsos y zapatos.
Ah... y la belleza, ¡se me olvidaba! ¿Cómo no iba a hablar de las estanterías repletas de botes de cremas, lociones, aceites y perfumes que visten mi baño? Botecitos grandes y pequeños, de mil colores distintos y para mil aplicaciones distintas. Cientos de aromas y texturas que invitan a descubrir nuevos mundos.
En definitiva, lo confieso ahora que ya es totalmente imposible negar la evidencia: estoy enganchada a la moda y la imagen. Y es que... hay alguien en este mundo extraño que no haya envidiado nunca el armario de Carrie Bradshaw? Que levante la mano quien esté libre de culpa, aunque creo que son pocos los que todavía no han pecado.
En fin, mi pasión, adicción o locura, como queráis llamarle, ha sido la responsable a que me haya decidido a publicar este blog. Un espacio para poder hablar de lo que más me apasiona y sin límites, como la moda misma. ¿Queréis acompañarme?